Villavicencio era uno de los ocho candidatos a la presidencia que concurrían a las elecciones generales extraordinarias previstas para el próximo día 20 en las que se elegirá al sucesor del conservador Guillermo Lasso.
El candidato, de 59 años, un periodista y exmiembro de la Asamblea Nacional, que con sus investigaciones sobre corrupción se había convertido en uno de los enemigos más acérrimos del expresidente Rafael Correa (2007-2017), recibió una ráfaga de disparos al terminar un mitin de su campaña electoral que realizaba en un colegio de Quito.
Desde algo más de dos años se reproducen a diario múltiples informaciones de asesinatos, matanzas, extorsiones, ataques con explosivos, entre otros delitos, que sembraron terror entre los ecuatorianos.
Ecuador cerró 2022 con la mayor tasa de muertes violentas de su historia, al registrar 25,32 por cada 100.000 habitantes, la gran mayoría asociada, según el Gobierno, al crimen organizado y al narcotráfico, que ganó fuerza en la costa y convertido a los puertos en grandes trampolines para la cocaína que llega a Europa y Norteamérica.
Las denuncias de la familia
Verónica Sarauz, la esposa de Villavicencio, culpó al Estado de la muerte de su esposo por falta de protección y al correísmo.
Sarauz aseguró que el Estado tiene que dar muchas respuestas de lo que pasó y denunció una falta de medidas de protección contra el que aún era su esposo, quien recibió varios disparos al salir de un mitin en un colegio de Quito, el miércoles en la tarde.
El expresidente Rafael Correa (2007-2017) desmintió en varias ocasiones de forma enfática que no tiene nada que ver con el asesinato y por el que fueron detenidos por el momento seis colombianos.
Un séptimo hombre, también de nacionalidad colombiana, falleció el mismo día del atentado producto, según las autoridades ecuatorianas, de las heridas sufridas por el intercambio de disparos que sostuvieron los atacantes y el personal de seguridad que resguardaba a Villavicencio. (Infobae/Efe).