Ya no habrá un minuto de tregua ni disimulos. El nuevo presidente de Colombia, que mañana toma posesión del cargo, es enemigo declarado del régimen dictatorial de Nicolás Maduro y nada le gustaría más que ver renacer la democracia en el país vecino. Lo dijo durante su campaña electoral y lo repitió cuando resultó elegido en junio. Pero no propiciará una intervención militar en Venezuela, como había sugerido Donald Trump y piden venezolanos de a pie que emigran de su país empujados por la miseria.
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