Científicos de centros y organismos científicos de China, Estados Unidos, Canadá y Escocia han descubierto un fósil de una tortuga que vivió hace 228 millones de años y que no tenía caparazón pero sí, en cambio, pico desdentado. Este hallazgo arroja luz sobre cómo las tortugas modernas desarrollaron estos rasgos y aclara su origen y evolución.
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