Los más recientes resultados son una gran decepción para Brasil, ya que la vacuna china es una de las dos que el gobierno federal ha preparado para comenzar la inmunización durante la segunda ola del brote de Covid-19.
La desilusión, tras una divulgación parcial de datos más prometedora la semana pasada, también puede contribuir a las críticas de que las vacunas desarrolladas por los fabricantes chinos no están sujetas al mismo escrutinio público que las alternativas estadounidenses y europeas.
Además, la semana pasada funcionarios del Instituto Butantan de Brasil habían celebrado resultados con una eficacia del 78 % de la vacuna de Sinovac para impedir casos leves de Covid-19, una tasa que más tarde fue descrita como "eficacia clínica".
Ricardo Palacios, director médico de investigación clínica del centro Butantan -con sede en Sao Paulo-, dijo que la nueva cifra derivada del ensayo incluía infecciones que eran tan leves o asintomáticas que no requirieron atención médica.
Los investigadores de Butantan retrasaron el anuncio de sus resultados tres veces, achacándolo a una cláusula de confidencialidad en un contrato con Sinovac.
Mientras tanto, investigadores turcos dijeron el mes pasado que el CoronaVac tenía un 91,25 % de eficacia basado en un análisis provisional. Indonesia aprobó el lunes el uso de emergencia de la vacuna basándose en datos provisionales que muestran que tiene una eficacia del 65 %.
Las autoridades de Butantan dijeron que el diseño del estudio brasileño, que se centró en los trabajadores de salud de primera línea durante un grave brote en Brasil e incluyó a voluntarios de edad avanzada, hizo imposible comparar los resultados directamente con otros ensayos o vacunas. (Reuters)