Con este plan, la ONU busca llegar a 945.000 personas en Kachin, Kayin, Bago, Rajine, Chin y Shan. El coordinador humanitario, Ola Almgren, ha advertido de que hay unos 336.000 desplazados, de los cuales 250.000 se encuentran en dicha situación desde hace ya años y no tienen perspectivas de solución a corto plazo.
Almgren abogó por "soluciones duraderas", pero a la espera de ellas aspira a "proporcionar un apoyo humanitario completo a aquellos que más lo necesitan", según un comunicado. Los trabajos se han tenido que adaptar en el último año por la pandemia de Covid-19.
El responsable de la ONU se ha mostrado "agradecido" por el compromiso de los donantes internacionales, si bien en 2020 se cubrieron el 67 por ciento de los fondos requeridos -el plan recibió 185 millones de dólares-. Gracias a este dinero, 930.000 personas recibieron asistencia alimentaria y casi 250.000 tuvieron servicio médico.
A las necesidades a nivel interno, agudizadas por los conflictos que persisten con distintos grupos armados, se sumarían las de los cientos de miles de rohingyas que se encuentran refugiados en Bangladesh. Más de 700.000 personas huyeron en agosto de 2017 de la ola represiva lanzada en Rajine por las Fuerzas Armadas birmanas. (Europa Press)