Los restos del Arackar licanantay, que significa "osamentas atacameñas" en lengua kunza, fueron hallados por el geólogo chileno Carlos Arévalo y su equipo a 75 kilómetros al sur de la ciudad de Copiapó y se estima que vivió durante la última parte del período Cretácico, entre 66 y 80 millones de años atrás.
El titanosaurio de unos 6,3 metros de longitud total estimada, que podría haber llegado a los 8 metros, vivió en medio de plantas en flor, helechos y palmeras, en una zona donde se ha detectado que existió un lago, según los estudios paleontológicos.
En Sudamérica se han encontrado varios ejemplares de titanosaurios en lo que hoy es Argentina y Brasil, pero es mucho menos frecuente ubicarlos al otro lado de la Cordillera de Los Andes.
Aunque el hallazgo fue hecho en la década de 1990, salió a la luz mediante la publicación de un artículo en la revista especializada Cretaceous Research del trabajo colaborativo del Museo Nacional de Historia Natural, la Universidad de Chile y el Laboratorio de Dinosaurios de la Universidad Nacional de Cuyo, en Argentina.
El Arackar, además de tener una espalda más plana, tenía un menor tamaño frente a otros titanosaurios. El Argentinosaurus, descubierto en el país vecino, se estima que medía unos 33 metros.
Los restos serán exhibidos en el Museo de Historia Natural una vez que pueda reabrir sus puertas debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus.
Los investigadores indicaron que estudios posteriores en la zona permitieron recuperar parte del esqueleto de otro titanosaurio, que todavía está sin identificar.
Este es el tercer dinosaurio no aviar descrito en Chile, después de Atacamatitan chilensis y el Chilesaurus diegosuarezi. (Reuters)