Estos eventos similares a un terremoto liberan energía acústica en forma de ondas que ondulan a lo largo de la superficie del Sol, como olas en un lago, en los minutos posteriores a una erupción solar: un estallido de luz, energía y material que se ve en la atmósfera exterior del Sol.
Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que los terremotos solares son impulsados por fuerzas magnéticas o el calentamiento de la atmósfera exterior, donde se produce la llamarada.
Se pensaba que estas ondas se sumergían a través de la superficie del Sol y se adentraban profundamente en su interior. Pero los nuevos resultados, utilizando datos del Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, han encontrado algo diferente.
En julio de 2011, SDO observó un terremoto con ondas inusualmente agudas que emanaban de una llamarada solar moderadamente fuerte. Los científicos pudieron rastrear las ondas que causaron estas ondas de regreso a su origen, utilizando una técnica llamada holografía heliosísmica. Esta técnica, que utilizó el generador de imágenes magnético y heliosísmico de SDO para medir cómo se movía la superficie solar, se ha utilizado anteriormente para rastrear ondas acústicas de una variedad de otras fuentes en el sol.
En lugar de que las ondas viajen hacia el Sol desde arriba, los científicos vieron las ondas superficiales de un terremoto emergiendo desde las profundidades de la superficie solar justo después de que ocurriera una llamarada. Los resultados, publicados en la revista Astrophysical Journal Letters, encontraron que la fuente acústica estaba a unos 1.050 kilómetros por debajo de la superficie del Sol, no por encima de la superficie como se pensaba anteriormente.
Los científicos creen que estas ondas fueron impulsadas por una fuente sumergida, que a su vez fue provocada de alguna manera por la llamarada solar en la atmósfera de arriba. Los nuevos hallazgos podrían ayudar a explicar un misterio sobre los terremotos solares: por qué algunas de sus características se ven notablemente diferentes de las llamaradas que los desencadenan, informa la NASA.
Los científicos aún no identificaron exactamente qué mecanismo causa realmente los terremotos, aunque los resultados brindan la pista de que sus orígenes probablemente se esconden debajo de la superficie. Los científicos planean continuar buscando un mecanismo al observar otros terremotos solares para ver si tienen fuentes sumergidas de manera similar. (Europa Press)