La Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria ha pedido formalmente el reconocimiento como país autónomo a la ONU y ha declarado su disposición a colaborar con todos los actores para fomentar la democracia y la justicia en la región.
«Emplazamos a la ONU a reconocer la región del norte y el este de Siria», han explicado en un comunicado difundido con motivo del noveno aniversario del inicio de la denominada Revolución de Rojava o Kurdistán Occidental que se celebra el 19 de julio.
La declaración carga en particular contra el «sistema centralista del Partido Baaz» que lidera el presidente sirio, Bashar al Assad. «En los diez últimos años la gente ha sido negada y ha tenido que huir de sus hogares mientras el país era convertido por el régimen en un centro de crisis y caos», centro de la «tercera guerra mundial», ha reprochado la administración de Siria del Norte.
Menciona igulamente «las condiciones muy difíciles» en las que ha vivido la población con «terrorismo y acupación». «Existe una aspiración a la democracia y el cambio, un sueño no cumplido (…). Siria stá en una zona en la que las potencias regionales e internacionales intentan imponer sus intereses», se ha lamentado el gobierno kurdo-árabe.
El organismo recordó que «el 19 de julio de 2012 comenzó la Revolución de Rojava, que se extendió a todas las zonas del noreste de Siria». «Esta revolución está orientada al cambio democrático en Siria, la autodeterminación de la sociedad, la defensa de la unidad del país con un proyecto de fraternidad entre los pueblos y construcción de una nación democrática», ha añadido.
Además, el texto destaca que la Revolución de Rojava «se considera una revolución social y ha evitado las luchas de poder» y lucha así «por una Siria unidad y democrática y rechaza cualquier otra opción». Rechaza así a «quienes se denominan oposición», las milicias proturcas que controlan la parte occidental de la frontera con Turquía, y destacan el logro de la derrota del Estado Islámico y la inclusión de la mujer en la sociedad.
Además, la administración kurdo-árabe ha reiterado su intención de «liberar las zonas ocupadas» de la región de Afrin, Serekaniye (Ras al Ain) y Gire Spi (Tel Abiad), bajo control de las milicias proturcas, y «el retorno de la población desplazada».
Las Fuerzas Democrática Sirias (FDS) son las fuerzas armadas de la autoproclamada Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria, que controla el noreste de Siria con el apoyo de Estados Unidos.
Sin embargo, Turquía considera a las milicias kurdas que la integran, las Unidades de Protección Popular (YPG), una filial del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y por tanto una organización terrorista. Además, Turquía tiene presencia militar en el norte de Siria en regiones arrebatadas a las milicias kurdas desde el estallido de la guerra de Siria en 2011. (Europa Press)