Chile ha usado la vacuna CoronaVac del laboratorio asiático como bandera de su rápido y masivo programa de inoculación contra el Covid-19.
«Ahora pasamos a una nueva etapa, una etapa de manufactura asociada a la investigación y desarrollo», dijo el ministro chileno de Ciencias, Andrés Couve, tras conocerse la decisión.
La planta en la región de la capital estaría lista en el primer trimestre del próximo año y además se construirá un centro de innovación y desarrollo en la norteña ciudad de Antofagasta.
Desde mediados de julio, una misión de ejecutivos de la firma ha estado en el país evaluando terrenos para construir la instalación, a fin de elaborar unos 50 millones de dosis de distintas vacunas.
Se prevé que además de CoronaVac, la planta podría elaborar otras fórmulas para la hepatitis B, la influenza y otras enfermedades.
El Ministerio de Salud ha dicho que considera además la posibilidad de aplicar una dosis de refuerzo para aumentar la eficacia frente a nuevas variantes, como la contagiosa cepa Delta, que actualmente presiona las tasas de infección en todo el mundo.
En la víspera, un estudio del mundo real realizado por el Ministerio de Salud chileno reveló que la vacuna de Sinovac contra el Covid-19 tiene efectividad del 58,5% para prevenir el desarrollo de síntomas, por debajo de una medición anterior y de otras vacunas que se aplican en la nación sudamericana, como Pfizer/BioNTech y AstraZeneca.
CoronaVac tiene además una efectividad del 86% para prevenir hospitalizaciones, un 89,7% para evitar el ingreso a unidades de cuidado intensivo y 86,4% para prevenir la muerte. (Reuters)