Nadie pretendió ser discreto. Sadio Mané se presentó este martes en Munich para pasar el reconocimiento previo a su traspaso del Liverpool al Bayern. Un avión privado le recogió en Mallorca a primera hora de la mañana y le trasladó a la capital bávara, donde una limusina roja le recogió en la propia pista del aeródromo para trasladarle a un hotel del centro de la ciudad antes de someterse al preceptivo examen médico. Una vez superado, el delantero senegalés se dejó ver con la ropa de su nuevo club, que abonará 32 millones de euros por sus derechos, una cifra que podría llegar a los 41 millones en función de variables. Justo esa fue la cantidad que hace seis años pagó el Liverpool al Southampton para cerrar un fichaje que entonces se consideró arriesgado y que amortizó con 120 goles en 269 partidos y una completa cata de títulos: Premier League, Copa inglesa, Copa de la Liga, Champions, Supercopa de Europa y Mundial de clubs. Las negociaciones habían comenzado sobre una tarifa de 50 millones de euros que se rebajó en la medida que el Liverpool logró cerrar la incorporación de Darwin Núñez. La salida de Mané era inevitable: el jugador terminaba contrato en junio de 2023 y el Bayern le ofrecía un contrato de tres años que duplica su salario en la Premier para llevarlo a los 20 millones de euros por campaña. El pasado viernes Hasan Salihamidzic, director deportivo del cuadro muniqués, ya daba por cerrada la operación en una entrevista concedida a un canal de televisión germano. “Sadio Mané está en la cima de su carrera, en una edad de madurez futbolística y con hambre de títulos. Viene al equipo adecuado”, explicó el exjugador bosnio devenido en ejecutivo.
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