Fueron días vibrantes, emotivos para una Gabriela Sabatini que a los 52 años mostró estar intacta en el torneo de Leyendas de Roland Garros. Después de perder 1-6, 7-6 (4) y 10-6 en la final del dobles junto a su compatriota Gisela Dulko, frente a la dupla italiana compuesta por Flavia Pennetta y Francesca Schiavone, Gaby no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas cuando brindó un discurso ante el público presente. “No quiero llorar, pero cada día, cada instante fue un pequeño momento de felicidad. Conozco esta cancha, sentí algo de tensión, fue algo especial. Qué puedo decir, gracias por compartir todos estos momentos y días. Gracias por haber venido”, declaró en inglés con la plaqueta que se llevaron las argentinas del polvo de ladrillo francés. Respecto al match, analizó: cada punto fue genial. “Fue un partidazo hoy, tremendo. Muy buen partido. Jugar contra ellas fue muy especial, compartimos lindos momentos afuera y tener enfrente dos jugadoras que siempre admiré un montón, jugar contra ellas ya era un trofeo. El partido salió bárbaro, Fue todo muy lindo”.