Esa idea ya rondaba en la cabeza del joven “Chapaco”, que antes había rechazado algunas propuestas de clubes nacionales.
“Tuve la suerte de ir a jugar un amistoso a Bermejo contra Bolívar e hice dos goles, entonces la dirigencia de Bolívar me habló y me pidieron que vaya a probarme para su equipo, pero no me dieron el pasaje. Yo después tomé la decisión de irme a La Paz a jugar a Bolívar o The Strongest –me daba igual- pero el destino hizo que viaje en un avión en el que por casualidad, también estaba un amigo que era presidente de Ciclón, equipo para el que jugué unos tres años; él había sido socio de Bolívar y mientras bajábamos por la autopista habló con alguien por teléfono. Llegamos hasta la avenida Camacho y tuvimos que volver hasta El Alto, donde estaba concentrado el equipo de Bolívar y de ahí no salí más, hasta 1992 (…)”, Salinas comienza su relato para RETRO FÚTBOL.
Doce años y trece temporadas que lo convirtieron en el goleador histórico de la “Academia del Fútbol de Bolivia”, 201 tantos anotados con la “celeste”, que nadie, hasta nuestros días, pudo alcanzar.
El “Chapaco” Salinas es un hombre serio, responsable, inteligente y confiable en su hablar, gentil; ante todo modesto al referirse a la gran trayectoria deportiva que cosechó, ahora que hace un balance de su vida.
Suspira y recuerda sus primeros años de fútbol en la bella tierra de Tarija, “su pago”.
“Desde muy chico, a los ocho años inicié mi idilio con la pelota, entonces ya participaba en campeonatos zonales, y así fui creciendo, jugando en clubes, en la Asociación de Tarija y con mi selección. Luego ocurrió lo que todos saben… pasé a Bolívar donde permanecí por 12 años y por un tema de lesión dejé el fútbol, muy joven aún; fue una carrera bastante buena y corta, pero creo que dejé todo de mi parte para tratar de satisfacer a los hinchas ‘celestes’ y de la selección”, relata.
Lesiones en los meniscos de ambas rodillas, siendo la izquierda la más afectada, hicieron apurar su retiro en el 1994 cuando jugaba para Ciclón. Aunque también dirigió a una decena de equipos como entrenador, antes de su repliegue definitivo.
“El Chapaco” Salinas sigue siendo leyenda en el Club Bolívar, y es que a pesar del paso de los años, permanece en lo más alto del edén de los goleadores históricos de la “Academia” y de nuestro país, con un total de 201 tantos celestes. Las estadísticas no mienten. Después le sigue Joaquín Botero con 147 y con 137 conquistas el uruguayo William Ferreira.
“Nano” también es el máximo goleador de los clásicos paceños ante The Strongest, con 17 goles, un récord que tampoco ha sido superado por ningún jugador bolivarista activo.
“Mis padres siempre me apoyaban en mi afición por el fútbol, pero quien más insistía en ser jugador era yo mismo, incluso fui a Cochabamba para integrarme en la Escuela de Fútbol ‘Enrique Happ’, allí estuve casi un año. Jugué en un equipo de Muyurina de la primera “A” y luego regresé a Tarija. Querían que me enrole a Wilstermann, pero varias personas me aconsejaron que no y que tenga mi pase libre. Antes de llegar a Bolívar jugué en Nacional La Pampa, por la Asociación de Fútbol de Tarija. De niño vivía frente al Estadio IV Centenario y conformaba un equipo de la “B”, ascendimos a la “A” y luego salté a Ciclón, selección de Tarija y preselección de Bolivia”, remarca.
En sus inicios jugaba de 10 y en todos los puestos del medio campo y cuando llegó a Bolívar, el entrenador era Edward Virba, quien lo puso en el mediocampo, porque corría y marcaba todo el partido, pero después, con el DT peruano Moisés Barak ganó la “9” y con este número se quedó definitivamente.
La docena de años de estadía en La Paz, también lo llevaron a convertirse campeón nacional con Bolívar en siete oportunidades y debutó en la Selección absoluta de Bolivia en 1983.
Por su excelente nivel llamó el interés de dos grandes del fútbol sudamericano, Peñarol de Uruguay y River Plate de Argentina, pero el entonces presidente de Bolívar, Mario Mercado no quiso que salga de su cuadro, por considerarlo “un símbolo del club”.
Vistió la “verde” en selecciones nacionales juveniles como también en la absoluta y fue parte del ciclo de la que logró la clasificación al Mundial de Estados Unidos ‘94. Finalmente no pudo conformar el equipo definitivo por la lesión que truncó su carrera. Salinas marcó 10 goles con la casaca de nuestra Selección. En abril de 2022 el Poder Legislativo del Estado, a través de la Cámara de Senadores le rindió un justo y merecido reconocimiento con una Declaración Camaral.
“El fútbol está hecho de emociones y las máximas que yo viví fue en Bolívar y en la Selección Boliviana de Fútbol. En Bolívar siempre traté de buscar el tricampeonato, pero no se me dio, de verdad”, confiesa.
Otra de las grandes emociones que tuvo Salinas en La Paz fue el conocer a su esposa. “ella es chaqueña, de Monteagudo, se llama Maritza López. Antes de conocerme, Maritza, no iba ni a los partidos, pero cuando empezamos a enamorar y me casé, ella me apoyó. No se perdía ni una presentación mía. Todo fue en buena hora. Llevamos casi 40 años de casados. Tengo cuatro hijos, tres varones y una mujer. Ellos también ya formaron sus hogares, solo falta que uno más se case (ríe), Dios me premió con mi familia”, enfatiza.
Salinas padre, junto a Maritza, formaron un hogar ejemplar. Dos hijos con el título de ingenieros civiles (Luis Fernando y Gabriel), hoy por hoy, un Capitán de la Policía (Cristian) y una hermosa Ingeniera Comercial, Lorena, que además, por su belleza, es una de las más reconocidas modelos del país. Actualmente, propietarios de un negocio familiar denominado “Nano’s”, ubicado en la avenida Las Américas y Junín, cerca del Liceo Tarija cuentan con una prestigiosa salteñería. “Atendemos de lunes a lunes y ofrecemos salteñas de carne, pollo, queso, en fin, una variedad. Son 14 años que llevamos en este negocio. Vienen bolivaristas y stronguistas y por ahora es nuestro medio de sustento”, nos cuenta.
Y quiénes son sus vecinos aseguran que “nadie que va a Tarija puede dejar de conocer este lugar y aprovechar para conversar con ‘El Chapaco’, además de degustar las insuperables salteñas”.
“Hinchas del fútbol y amigos queridos- hermanos del fútbol- siempre me visitan. Borja, Melgar, Peña, Tamayá Jiménez… en fin, con todos ellos nos reunimos y recordamos también a quienes nos dejaron, como el caso de Marcos Ferrufino, que esta pandemia se lo llevó (…)”, dice Fernando y calla por un momento, luego reflexiona: “ (…) soy feliz ahora, porque hice una buena carrera deportiva, vivo en Tarija, junto a mi bella familia… y así seguiré hasta que Dios lo disponga”, concluye.
Para “El Chapaco”, la clave del éxito es la disciplina, “el objetivo tiene que apasionar a la persona y después las cosas vienen por añadidura, cuando hay disciplina”.
Él, que se declara un bolivarista nato. Le regaló a Bolívar y Bolivia sus goles y la vida le devolvió el privilegio de ser un “goleador inalcanzable”. “El Chapaco” Salinas, ayer y siempre, en el corazón de la hinchada que hasta ahora vibra recordando su talento inscrito en la historia, con letras de oro.
“El fútbol está hecho de emociones y las que yo viví fue en Bolívar»
FICHA
Nombre: Félix Fernando Salinas De los Ríos
Lugar de nacimiento: Tarija- Bolivia
Fecha de nacimiento: 18 de mayo de 1960
Lugar actual de radicatoria: Tarija
Actividad actual: Empresario gastronómico
Familia: Maritza López Crespo (esposa); Fernando, Cristian, Gabriel y Lorena (hijos); Fernando, Samuel, Anahí y Santiago (nietos)
GHILKA SANABRIA