En un discurso de apertura del Congreso del Partido Comunista de cuatro días, Castro dijo que los nuevos líderes estaban preparados para el recambio generacional con décadas de experiencia, "llenos de pasión y espíritu antimperialista".
En el Congreso de 2016, el exmandatario cubano, un general de 89 años, había dicho que sería su última reunión encabezada por la "generación histórica" que combatió en las montañas de la región oriental de la isla para derrocar a un gobierno apoyado por Estados Unidos y tomar el poder en 1959.
"Creo fervientemente en la fuerza y el valor del ejemplo y en la comprensión de mis compatriotas (...) y mientras viva estaré con el pie en el estribo para defender a la patria, a la Revolución y el Socialismo", dijo Castro a cientos de militantes reunidos en un centro de convenciones de La Habana.
La reunión se efectúa mientras Cuba enfrenta la peor crisis económica desde el colapso de la Unión Soviética, agravada tras el recrudecimiento de las sanciones de Estados Unidos hace décadas y un rebrote que azota al país debido a la pandemia de coronavirus.
Eso ha llevado a una escasez de productos básicos, que incluye alimentos y medicinas. Muchos cubanos pasan horas haciendo colas para comprar productos de primera necesidad.
"Nuestro país necesita cambios y la nueva generación de Díaz-Canel está más preparada científicamente para seguir adelante con una visión más clara de los problemas de nuestra economía, una asignatura pendiende por décadas", dijo a Reuters Rogelio Machado, un militante del Partido de 58 años y profesor de matemáticas.
Algunos cubanos, principalmente de la fragmentada disidencia, han expresado, en cambio, sus críticas al gobierno en las redes sociales.
"No solo se puede controlar con represión, se necesita prosperidad y esperanza", dijo Luis Manuel Otero, de 33 años, un artista disidente convertido en una cara visible de la oposición.
En la inauguración del Congreso, Castro habló de la renovada hostilidad de Washington bajo la administración del ex mandatario Donald Trump, quien deshizo una distensión emprendida durante el gobierno del demócrata Barack Obama.
Joe Biden, el electo presidente estadounidense, quien asumió su cargo en enero, prometió revertir algunas de las sanciones que le aplicó Trump a La Habana aunque la Casa Blanca reiteró el viernes que un cambio en la política hacia Cuba no se encontraba entre sus principales prioridades.
Castro, sin embargo, dijo que Cuba estaba lista para reiniciar una nueva relación con su vecino.
"Ratifico desde este Congreso del Partido la voluntad de desarrollar un diálogo respetuoso y edificar un nuevo tipo de relaciones con los Estados Unidos sin que se pretenda que para lograrlo, Cuba renuncie a los principios de la Revolución y el Socialismo", añadió. (Reuters)