Lisboa.- El Ministerio de Salud de Portugal informó ayer de otros 3.269 casos de coronavirus y de nueve fallecidos a causa de la enfermedad, su cifra más alta desde el pasado 8 de abril cuando se registró la misma cantidad de fallecidos.
Con esta nueva actualización de la Dirección General de Salud (DGS) portuguesa, son ya 899.295 las personas que han contraído la enfermedad desde el inicio de la pandemia, entre las cuales hay 840.297 recuperaciones y 17.135 muertos. Por otro lado, el número de casos activos asciende ya a 41.863.
En cuanto a la situación de los hospitales portugueses, hay un ligero descenso en la cifra de internos en planta, con 599 este jueves, pero una subida en unidades de cuidados intensivos, donde están siendo tratadas ahora 136 personas.
De acuerdo con la DGS, Lisboa y Valle del Tajo continúa siendo el principal foco de esta nueva oleada de coronavirus en Portugal, aunque las cifras descienden con respecto a jornadas anteriores. Ayer, suma el 48 por ciento de todos los casos a nivel nacional, es decir 1.574; mientras que la región Norte ha contabilizado otro 29 por ciento, 934 positivos.
Pese a que Lisboa fue la región más golpeada durante las últimas semanas, siguen siendo la zona Norte la que ha diagnosticado mayor número de casos acumulados, 350.771, seguido sí, muy de cerca, por la capital, con 350.282. En la lado opuesto se hallan los archipiélagos de Madeira con un acumulado de 10.032 positivos y Azores, con 6.418.
En cuanto a muertes se refiere, siete de los nueve que se han registrado este se han dado en Lisboa, que acumula ya 7.292 desde marzo de 2020, mientras que las otras dos en las zonas Norte, que suma 5.371, y Centro, con 3.029 óbitos.
RESTRICCIONES
Ante el avance de la pandemia, el Gobierno ha anunciado ayer nuevas restricciones para los municipios con riesgo alto o muy elevado, entre ellas la obligatoriedad de sus establecimientos de hostelería de exigir una prueba de coronavirus negativa a los clientes durante los fines de semana.
La medida, que entra en vigor este viernes y afectará a bares y restaurantes de 60 municipios, solo se aplica los fines de semana, debido a la mayor afluencia de público de este tipo locales durante los sábados y los domingos, según ha explicado la ministra de la Presidencia, Mariana Vieira da Silva.
En contraposición, no habrá limitación de horarios, como existía hasta ahora, ni afectará tampoco al servicio en exteriores. «Esto significa mayor seguridad en el acceso a estos establecimientos», además de «normalizar horarios» a la vez que se «maximiza la seguridad y se minimiza las restricciones».
«Durante mucho tiempo, el único instrumento eran las fuertes restricciones o el cierre de las actividades económicas. Hoy, con el certificado digital y una disponibilidad de pruebas mucho más frecuente, ya sea PCR, antígenos o pruebas rápidas, tenemos otras condiciones para garantizar que en algunas actividades económicas hay más condiciones de seguridad sin las mismas restricciones», contó.
«En todo alojamiento turístico se necesitará una prueba negativa o un certificado de vacunación para ingresar. Esta medida aumenta la seguridad. Es cierto que ya no restringe la actividad económica, pero aumenta la seguridad y ese es el principio que rige nuestras medidas», explicó Vieira da Silva.
Los propios restaurantes y el resto de establecimientos que deberán exigir estos test negativos, con penas por incumplimiento de hasta por 500 euros para los clientes y de 10.000 euros en caso de los locales, podrán vender pruebas rápidas.
Vieira da Silva también ha comunicado que se extiende el toque de queda hasta las 23.00, hora local, y que finaliza la prohibición de entrar y salir del área metropolitana de Lisboa, que comprende 18 municipios, durante los fines de semana.
Este cierre perimetral, recuerda Vieira da Silva, «tenía como objetivo contener la variante delta», y una vez ya presente en todo el territorio nacional, deja de tener sentido, ha explicado.
Portugal, en la ‘zona roja’ del semáforo epidemiológico diseñado por las autoridades, cuenta actualmente con 26 municipios en riesgo de retroceder en el plan de desescalada, como ya ocurriera en varias localidades de Lisboa.
El nivel de riesgo elevado se aplica en aquellos municipios que registren durante dos revisiones seguidas una tasa superior a 120 casos a catorce día por cada 100.000 habitantes, 24 en caso de aquellos territorios con baja densidad poblacional. (Europa Press)