La Habana.- Continúan las represalias contra los manifestantes y sospechosos: las desapariciones forzosas, los registros, detenciones, juicios sumarios. La población protesta desde hace dos semanas por libertad en Cuba.
Han transcurrido dos semanas desde que los cubanos salieron a las calles pidiendo libertad. Los que vimos las imágenes de las primeras protestas en San Antonio de los Baños, antes de que la dictadura cortara el acceso a internet, pudimos observar una masa compacta de jóvenes que caminaban tranquilos, demostrando que las calles son del pueblo. Muchos iban trasmitiendo con sus teléfonos móviles, publicó Cubanet.
Simultáneamente, al son de consignas como “No tenemos miedo”, “¡Libertad! ¡Libertad!”, “Patria y Vida” o “Abajo la dictadura”, secundadas una y otra vez por los manifestantes, pudimos constatar cómo el pueblo cubano, con la nobleza que lo caracteriza, ha vuelto a exigir su derecho a vivir con dignidad, reporto el portal cubano.
Según análisis de Cubanet, Eso sí, no se escuchó ni una sola voz pidiendo el “cese del bloqueo”, por una sencilla razón: el pueblo no cree la mentira, tantas veces repetida, de que es el Gobierno de Estados Unidos el responsable de la crisis que enfrenta el cubano de a pie, porque a través de internet han visto cómo los que ostentan el poder y sus acólitos se reparten los recursos del país.
La respuesta del régimen, como en otras ocasiones, dejó bien claro que a todo el que se le oponga le espera la violencia.
Así lo evidenció el Primer Secretario del Partido Comunista y presidente no electo de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en su alocución del 11 de julio, horas después de comenzar las manifestaciones pacíficas en todo el país: “Por eso estamos convocando a todos los revolucionarios de nuestro país, a todos los comunistas, a que salgan a las calles en cualquiera de los lugares donde se vayan a producir estas provocaciones hoy, desde ahora y en todos estos días. La orden de combate está dada. La calle es de los revolucionarios”.
Cubanet señaló en una publicación que inmediatamente fueron desplegadas las fuerzas represivas, según testimonios de personas que las vieron en distintos lugares de La Habana: las tropas especiales antimotines (comúnmente llamados boinas negras o avispas negras) completamente equipadas, así como otros represores vestidos de civil y armados con palos.
Algunos de ellos, a juzgar por su corta edad, sus botas y poses militares, parecían ser reclutas del servicio militar obligatorio, apuntó. “Tampoco faltaron las infames brigadas de respuesta rápida, bandas paramilitares que al apalear a los que protestan pretenden dar la falsa impresión de que son el pueblo defendiendo su revolución. Tal despliegue demuestra la intransigencia y la falta de voluntad para escuchar a los ciudadanos” publicó el portal cubano.
El medio de Cuba recordó que posteriormente, en un intento bochornoso por apaciguar al pueblo para retomar el control, el miércoles 14 de julio en el espacio televisivo Mesa Redonda se dieron a conocer unas ridículas medidas que no resolverán la crisis económica que vive el pueblo. Se autorizó excepcionalmente y con carácter temporal la libre importación por los pasajeros de alimentos, aseo y medicamentos.
Esta burlesca disposición no beneficia a toda la población, sino, en todo caso, a quienes tienen familiares en el extranjero. Pero lo más importante: el pueblo reclama vivir con libertad y decoro. No de limosna, sino del fruto de su trabajo, y por ese derecho ya se han manchado de sangre las calles de nuestro país, reportó Cubanet.
De acuerdo con la publicación del medio cubano, En cuanto a los cientos de personas que han apresado y que continúan apresando, Díaz-Canel aseguró que “tendrán garantías procesales y recibirán la aplicación de las leyes en su justa medida sin abusos”.
Esas “garantías” están por verse, pues nunca la dictadura ha obrado según la ley cuando se trata de oposición política. Muy por el contrario, siempre se ha ensañado con esas personas. La mayor prueba de la ausencia de garantías está en la propia detención, pues la protesta es un derecho, señaló Cubanet.
“Más aún: la mayoría de los manifestantes arrestados todavía están desaparecidos. Cientos de familiares todavía recorren estaciones de Policía sin saber el paradero de sus seres queridos. Eso, en términos jurídicos, tiene un nombre: desaparición forzosa, un crimen de lesa humanidad que además implica la violación de múltiples derechos humanos”, indicó el análisis del medio cubano.
Cubanet recordó que el pasasdo 17 de julio, Miguel Díaz-Canel exclamó en la explanada de La Piragua: “Cesen la mentira, la infamia y el odio. Cuba es profundamente alérgica al odio. ¡Y jamás será tierra de odio!”. “Desgraciadamente, en el ciberespacio han quedado, como evidencia de lo contrario, las imágenes de la brutalidad policial: los disparos, los violentos allanamientos de viviendas, los destrozos de todo lo que encuentran a su paso, las detenciones masivas de jóvenes manifestantes pacíficos. ¿Acaso no son esas demostraciones de infamia y odio?”, argumentó el medio cubano.
“¿Es que acaso arengar a sus partidarios a salir a las calles a apalear a un pueblo pacífico que pide ser escuchado no es una convocatoria fascista de odio para implantar el terror? Como lo es cortar la conexión a internet para poder actuar con total impunidad y que en el resto del mundo no se conozca lo que está sucediendo en Cuba”, cuestionó Cubanet. (Cubanet)
Ciberespacio
En Cuba el acceso al ciberespacio es caro, deficiente, censurado y limitado, y solo es posible a través del monopolio estatal Etecsa, al servicio de la dictadura, y la incomunicación es la primera medida del régimen cuando ocurren protestas.
Y es que indiscutiblemente a través de internet surgió y se fortaleció un vínculo constante entre los ciudadanos, que hemos encontrado en el ciberespacio la unidad que durante más de 60 años nos ha negado el régimen, la posibilidad de constatar que la verdad no es lo que nos han hecho creer durante sesenta años, así como la oportunidad para dar a conocer al mundo la triste y horrible verdad sobre el sistema comunista.
El servicio de internet solo fue parcialmente restablecido, aunque sabemos que puede ser anulado en cualquier momento si el gobierno así lo determina. Para comunicarnos y mostrar al mundo nuestra realidad necesitamos ayuda, y un buen comienzo sería el acceso ilimitado y gratuito a la red de redes, fuera de las garras del régimen.
La dictadura está jugando su última carta: tratar de recuperar el poder por la fuerza. Pero como bien me decía un amigo: “Ya el pueblo perdió el miedo. Ahora son ellos los que están asustados”.