Como es habitual, los encuentros del Papa los miércoles se suspenden en julio para permitir un periodo de descanso. Este año, la pausa coincidió también con la convalecencia del Papa Francisco, que el 4 de julio se sometió a una operación de colon en el Hospital Gemelli.
Exactamente un mes después de la operación, con la excepción del Ángelus dominical, uno de los cuales se celebró desde un balcón del hospital romano, Francisco retomará sus actividades habituales a las 9.15 horas en la gran sala vaticana.
Durante la última audiencia general del 30 de junio, celebrada en el patio de San Dámaso, el Papa continuó el ciclo de catequesis dedicado a la Carta a los Gálatas. En particular, el Pontífice se detuvo en el «plan de salvación» preparado por el Señor para todo hombre: su gracia, dijo, «cambia los corazones, cambia las vidas, nos hace ver caminos nuevos». (Europa Press)