Petróleos de Venezuela suele utilizar la mayor parte de la producción de los crudos más ligeros del país para operaciones de mezcla en la Faja Petrolífera del Orinoco, uno de los yacimientos más grandes del mundo por sus reservas.
Pero la persistente escasez de combustibles de motor desde el año pasado ha forzado a aumentar la refinación doméstica, que utiliza crudos medianos y ligeros como principal materia prima.
Eso ha provocado un recorte en la producción de su variedad insignia de crudo para exportación, el pesado Merey 16, que se produce mezclando el crudo extrapesado de la Faja del Orinoco con nafta para su transporte, y luego con petróleo más liviano para ser exportado.
Una caída en el envío de crudo al mercado internacional, la principal fuente de ingresos por exportación de Venezuela, sería un golpe financiero para el gobierno.
Pero las ventas domésticas de gasolina están generando ingresos sustanciales a PDVSA desde que comenzó a fijar los precios de venta en dólares el año pasado, eliminando con ello décadas de generosos subsidios.
La dependencia de PDVSA de los crudos Mesa 30 y Santa Bárbara, producidos en el oriental estado Monagas, como diluyentes ha aumentado desde que las sanciones de Estados Unidos, impuestas a principios de 2019 cortaron el suministro de nafta importada que era usada para producir otra variedad exportable, el crudo diluido (DCO).
"Necesitan distribuir la producción entre las refinerías y la mezcla en la Faja (del Orinoco)", dijo una fuente de la industria bajo condición de anonimato, agregando que la producción de crudo ligero rondaba los 160.000 barriles por día (bpd). "No hay suficiente para ambos".
Ni PDVSA ni el Ministerio de Petróleo de Venezuela respondieron a solicitudes de comentarios.
Venezuela había aumentado su producción de crudo a unos 525.000 bpd en marzo, según cifras que reportó a la OPEP, lo que le vendrán exportar 690.323 bpd. Si bien ambos volúmenes se situaron muy por debajo de los niveles previos a las sanciones, representaron una recuperación en ambos frentes desde los mínimos registrados a mediados de 2020.
Pero en abril, la Faja del Orinoco producía solo 190.000 bpd, por debajo de los 286.000 bpd de enero, según documentos vistos por Reuters, una caída que tres de las fuentes atribuyeron a la menguante disponibilidad de diluyentes.
Al 18 de abril, las existencias de diluyentes en el puerto de Jose, donde PDVSA almacena la mayoría, estándar bajado a solo 1.01 millones de barriles de nafta y crudos Santa Bárbara y Mesa 30, versus 2.3 millones a mediados de enero.
La caída en las existencias responde principalmente a la reanudación por primera vez en años de la producción de gasolina en la refinería Puerto La Cruz, con capacidad para procesar 187.000 bpd de crudo, al tiempo las refinerías de Amuay y Cardón estable.
PDVSA no publica cifras sobre producción de combustibles, pero fuentes consultadas por Reuters estimaron que Cardón y Amuay en conjunto procesaban 230.000 bpd de crudo para producir alrededor de 60.000 bpd de gasolina e igual cantidad de diésel.
Puerto La Cruz produjo entre 14.000 a 18.000 bpd de gasolina y 9.000-20.000 bpd de diesel la semana pasada, de acuerdo a las fuentes, antes de que un apagón detuviera su producción durante el fin de semana. (Reuters)