En una comparecencia recogida por Al Arabiya, Griffiths aseguró que los ataques son "una amenaza para la paz" en el país, sumido en una guerra entre los rebeldes huthis y la coalición liderada por Arabia Saudí que apoya al gobierno reconocido internacionalmente y que comenzó en 2014.
Para Griffiths, todo alto el fuego en Yemen debe estar vinculado a la "vía política" y esa solución "requiere voluntad".
Marib, la ciudad del mismo nombre que la provincia, es considerada una "ciudad santuario", ya que se ha convertido en el refugio de un millón de desplazados por la guerra, que ha sumido al país en la mayor crisis humanitaria del planeta.
Asimismo, la Coalición Internacional liderada por Arabia Saudí asegura haber interceptado dos drones con explosivos, uno el martes y otros el miércoles, cuyo objetivo eran aeropuertos de este país vecino.
A las llamadas de la ONU se sumó también el pasado martes la de Estados Unidos, cuya nueva Administración retiró a los huthis de la lista de entidades terroristas, donde los rebeldes yemeníes estuvieron brevemente debido a una de las últimas decisiones en política exterior del Gobierno de Trump.
La crisis humanitaria en Yemen no tiene parangón en el resto del globo, ya que se estima que el 20 millones de personas, el 80 por ciento de la población, necesita asistencia. (Europa Press)