Las calles de las principales ciudades del país, como Rangún, Mandalay, Sagaing, Mongwa y Myitkyina, han sido escenario de nuevas protestas, que pese a la represión por parte de las autoridades se han venido sucediendo desde el pasado primero de febrero, cuando el Ejército derrocó a la antigua líder ‘de facto’ Aung San Suu Kyi.
Los manifestantes han lamentado que la situación actual que vive en el país no es muy distinta a la de hace 33 años. «Mataron a muchos civiles y todavía hoy siguen matando a la gente. El Ejército es siempre la misma pesadilla para el pueblo», denuncian en declaraciones a la agencia DPA.
«La historia se repite triste y trágicamente», ha señalado el subdirector para Asia de Human Rights Watch (HRW), Phil Robertson.
Mientras tanto, más de 960 personas han muerto y más de 7.000 han sido arrestadas durante la represión ejercida por la junta militar contra las protestas desde el golpe de febrero, según la ONG local Asociación de Asistencia para Presos Políticos.
Miles de personas murieron en el levantamieno agosto de 1988 como consecuencia de la represión por parte del Gobierno de entonces, encabezado por el Partido del Programa Socialista de Birmania, que gobernaba con puño de hierro. (Europa Press)