La paciencia de DIS, la empresa brasileña que poseía parte de sus derechos económicos cuando todavía era un prometedor atacante del Santos, ha tenido recompensa y la Audiencia de Barcelona celebrará entre el lunes y el 31 de octubre el juicio oral derivado de la querella que interpuso en 2015.
El atacante del París Saint-Germain, que a partir del 20 de noviembre volverá a liderar a la «Seleçao» en el Mundial, está acusado de un delito de corrupción en los negocios por la Fiscalía, que pide para él dos años de cárcel y diez millones de euros (9,7 millones de dólares) de multa.
En el banquillo de los acusados le acompañarán sus padres, los expresidentes del FC Barcelona Sandro Rosell – para quien la Fiscalía pide cinco años de prisión por corrupción y estafa – y Josep Maria Bartomeu, así como el exdirigente del Santos Odilio Rodrigues Filho.