“Todo lo que hemos escuchado sobre la formación del gabinete es solo información infundada de la prensa”, ha Mikati sin entrar en detalles a la salida de la sexta reunión que ha mantenido con el presidente libanés, Michel Aoun, en el Palacio de Baabda, informa el diario ‘L’Orient le jour’.
“Si decidimos no aplicar el principio de rotación de carteras entre las diferentes comunidades, esto afectará a la mayoría de ellas”, ha explicado, en relación a uno de los principales escollos con los que se está encontrando quien es el hombre más rico de Líbano.
El asunto de la rotación de los ministerios de Interior, Defensa, Asuntos Exteriores y Finanzas entre los diferentes grupos políticos está siendo un tema controvertido en las conversaciones entre Mikati y el presidente Aoun, quien parece decidido a obtener la cartera de Interior, actualmente en manos de los suníes.
La prensa libanesa especula que Aoun podría flexibilizar sus demandas y aceptar finalmente la distribución actual de las que se consideran las carteras de más peso, Interior para suníes, Finanzas para los chiíes y Defensa y Exteriores para los cristianos.
Si bien Mikati no ha querido ahondar mucho más en el desarrollo de las negociaciones para formar un nuevo gobierno, sí se ha valorado la actual crisis que se vive en el sur de Líbano a raíz de los enfrentamientos de los últimos días entre Israel y el partido-milicia chií Hezbolá.
“Hablamos principalmente de la situación en el sur del país porque los acontecimientos se están acelerando”, ha dicho Mikati, quien ha recalcado el compromiso de Líbano con la resolución de la ONU que busca el cese de hostilidades entre Israel y Líbano y ha pedido “calma” a todos los actores implicados.
El Ejército de Israel ha asegurado este viernes que ha llevado a cabo ataques con artillería contra el sur de Líbano en respuesta al lanzamiento de cerca de 20 proyectiles contra el país por parte del partido-milicia chií Hezbolá, en medio del aumento de las tensiones y los incidentes de este tipo durante los últimos días.
Las explosiones en el puerto de Beirut hace justo ahora un año, dejando más de 300 muertos y miles de heridos, provocaron una oleada de protestas por lo que la población percibe como un reflejo de la mala gestión, la corrupción y la injerencia de los partidos en los asuntos del Estado, lo que derivó días después en la caída del Ejecutivo de Hasán Diab, quien sigue en funciones a la espera de gobierno.
Esta situación, que llevó al primer ministro encargado Saad Hariri a dimitir el pasado mes de julio y a la elección de Nayib Mikati como nuevo primer ministro designado, es reflejo del bloqueo sufrido por las investigaciones, marcadas por las dificultades para citar a declarar a altos cargos del aparato político y de seguridad libanés. (Europa Press)