Rafael Nadal sigue invicto esta temporada en los torneos del ‘Grand Slam’ y suma 16 triunfos sin fallo. Después de ganar el Open de Australia y Roland Garros ya está por undécima ocasión en la tercera ronda de Wimbledon tras derrotar a Ricardas Berankis por 6-4, 6-4, 4-6 y 6-3. Se ha dejado la friolera de seis horas y 35 minutos en apenas dos partidos.
El tenis de altos y bajos de Rafa, por momentos, tiene una justificación. Y es que jugó con un vendaje en el lado derecho la zona abdominal. “Cada día es un desafío y más cuando juegas sobre una superficie como la hierba en la que no había competido durante tres años”, decía a la conclusión. Sus 307 partidos ganados en los ‘majors’ le dejan cuarto en esa clasificación por detrás de Roger Federer (369), Serena Williams (365) y Novak Djokovic (330).
Berankis es el 106 del mundo y lo demostró en los momentos de máxima presión cuando se deciden los partidos.
Nadal empezó dubitativo como en la ronda anterior con Fran Cerúndolo. Por eso su rival lituano se fabricó su primera bola de ‘break’ en el quinto juego. Estrelló un revés a la red. Berankis, de 1,75 metros, se mueve con relativa agilidad sobre la hierba, con movimientos cortos en el momento del impacto.
Ricardas no ha jugado un solo torneo preparatorio en césped, ha ganado siete partidos en esa superficie y su tope en Wimbledon era la segunda ronda, lograda en cuatro ocasiones. Volvió a quedarse en esa estación.
El campeón de 22 grandes no le cogía las distancias a la pista y muchas pelotas se le marchaban excesivamente largas. El peso de la bola le sigue incomodando. Sin embargo, su adversario le facilitó el trabajo regalando el primer set en el décimo asalto, con una doble falta y un revés a la red
Berankis logró su primera rotura en la continuación y llegó a dominar por 3-1. Le entró el miedo escénico y entregó su servicio con otro revés a la lona.
La inocencia del lituano era ilimitada y llegaba al extremo de parar un intercambio, con 40-40, cuando la bola de Nadal había tocado clarísimamente la línea. No ayudaba el viento a mejorar el espectáculo con errores no forzados subrayados en las estadística.
MARCA