Desde que estalló la pandemia del coronavirus, en marzo de 2020, Estados Unidos cerró su frontera terrestre con México y Canadá a viajes no esenciales. A mediados de junio, el Departamento de Estado estadounidense informó que prorrogó una vez más el cierre hasta, por lo menos, el 21 de julio.
«Tijuana y San Diego tienen el mismo nivel de vacunación al día de hoy. ¿Cuál sería entonces la razón de mantener o prolongar innecesariamente esa restricción a las actividades?», dijo Ebrard el martes al anunciar el planteamiento en la rueda de prensa diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El canciller explicó que está hablando con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y con un grupo de senadores republicanos y demócratas que visitó el lunes el país para revisar también qué se considera actividad esencial, un apartado que no incluye , por ejemplo, el turismo.
«No tiene que ser toda la frontera, puede hacerse por ciudad, dependiendo del avance que se tenga en cada ciudad», argumentó Ebrard sobre la reapertura. A pesar de las restricciones, los viajes aéreos no han sido cancelados.
México vacunó, con al menos una dosis, al 25% de sus 126 millones de habitantes, según cifras oficiales, mientras que Estados Unidos ha inoculado al 55% de su población.
López Obrador anunció a finales de junio que pedirá a su homólogo estadounidense, Joe Biden, reabrir «lo más pronto posible» la frontera común, pocos días después de hacer el mismo planteamiento al secretario de Seguridad Nacional de la nación vecina, Alejandro Mayorkas, cuando visitó el país.
México, quinto país del mundo más golpeado por la pandemia, con casi 234,000 fallecidos, está experimentando un rebrote del coronavirus en la mayoría de estados costeros y la populosa capital, Ciudad de México. (Reuters)