El analista explicó que existe más valor en la deuda corporativa selecta de alto rendimiento, donde, en contraste con los bonos del Estado, la región ofreció los mayores rendimientos crediticios.
Así, el crédito corporativo sigue ofreciendo oportunidades de rentabilidad en comparación con el entorno más amplio de tipos casi nulos de deuda soberana y las escasas perspectivas de estrechamiento de los diferenciales frente a la deuda pública.
Con respecto a las divisas, Monier apuntó que durante 2019 y 2020 se mantuvo una visión cautelosa sobre el real brasileño, debido a los elevados niveles de deuda de la nación. En su lugar, se favoreció a otras monedas como el peso mexicano y el chileno.
"Ahora, esperamos que el real brasileño sólo se beneficie en parte de la amplia recuperación de los mercados emergentes frente al dólar estadounidense", ha destacado el experto, quien ha agregado que los mercados han empezado a poner precio a una subida de los tipos de interés, por lo que recomienda ser cauto mientras se observa la incertidumbre que rodean a la política fiscal y al reparto de vacunas.
Por el lado de la renta variable, el director de inversiones ha señalado que la perspectiva de asignación de activos, es muy selectiva, ya que los mercados de renta variable latinoamericanos están dominados por los valores financieros, de materiales y energéticos, y representan más del 60% del índice MSCI Brasil en valor. Por ello cotizan a valoraciones relativamente baratas a 12 meses, de 12,5 veces los beneficios por acción.
Sin embargo, el analista ha explicado que, aunque esto representa un descuento considerable con respecto al resto del mundo, a corto plazo las perspectivas de las acciones latinoamericanas son difíciles.
"Más adelante, cuando la recuperación económica se afiance, la rotación cíclica beneficiará especialmente a las empresas activas en el sector de las materias primas, como el petróleo brasileño y mexicano, la soja brasileña y el cobre chileno", ha apostillado Monier.
ESTRATEGIAS
Por otra parte, el análisis demuestra las diferentes líneas de actuación económica de Brasil, México y Argentina durante la pandemia.
Monier explicó que, si bien la actividad económica no parece variar mucho, Brasil y México han recuperado en torno al 80-85% de sus niveles de actividad anteriores a la crisis, las decisiones fiscales tomadas por estos dos países han dejado a sus respectivas economías con diferentes reservas de potencia financiera.
En este sentido, el estímulo lanzado por el Gobierno brasileño, acorde con muchas economías desarrolladas, ha amortiguado un descenso del 4,7% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2020. Esto se debe principalmente al incremento en el gasto público, hasta un 9,3% del PIB, en ayudas para los sectores de población más afectados por la pandemia en el país sudamericano.
En el lado mexicano, Monier ha incidido en que la Administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha gastado "relativamente poco" en ayudas fiscales. Como resultado, su economía se contrajo más de un 8,5% en y su déficit presupuestario se situó por debajo del 3,5% del PIB en 2020.
"Podría decirse que México tiene margen para gastar más en su recuperación en 2021, dependiendo de la voluntad política", aseguró Monier. Sin embargo, hasta la fecha López Obrador se ha mostrado reacio a un mayor endeudamiento pública, pese a los llamamientos de instituciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial.
En el caso argentina, el análisis destaca "un caso de inversión poco convincente". Tras una contracción del PIB superior al 11% en 2020, el país se enfrenta a unas malas perspectivas de crecimiento económico a corto plazo que, además, se verán agravadas por la Covid-19, la elevada inflación, que alcanzaría el 36,1% en 2021 y la incertidumbre política. Por ende, el consumo, la inversión y las exportaciones seguirán siendo débiles.
Lombard Odier advirtió que los controles de capital del Gobierno de Alberto Fernández que restringen el acceso a los dólares siguen agravando la diferencia entre los tipos de cambio oficiales y el mercado paralelo. "Los inversores siguen esperando una política creíble destinada a generar estabilidad fiscal como condición previa al crecimiento económico", señala el análisis.
La situación argentina se ve afectada además por las negociaciones de deuda con el FMI, que ejercerá previsiblemente más presión para una reforma fiscal, peso a la posible oposición de la política argentina. (Europa Press)