Buenos Aires.- La plaza financiera de Argentina se movió el lunes al ritmo de la vapuleada moneda soberana, la que no cesa en su caída por la desconfianza de los inversores sobre el futuro de la economía, el elevado déficit fiscal, la recesión y una alta inflación, frente a lo que el Gobierno insiste en que no devaluará para no generar más pobreza, entre otros consecuencias.
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