El delantero de la Selección Nacional, Marcelo Martins se incorporó a la concentración con el impulso de cerrar este ciclo de competición como el goleador de las clasificatorias a la Copa Mundial Qatar 2022, un logro que será dedicado a su padre, don Mauro Martins, quien en este momento está delicado de salud. Marcelo recordó que el sueño de don Mauro era verlo ser futbolista. A sus 34 años, Martins es un delantero reconocido en el Continente y a un paso de consagrarse como el atacante más efectivo en estas eliminatorias.“Él me ayudó, me enseñó y yo intento de hacer todo para sacarle esa sonrisa y dejarle orgullo”, declaró Martins al momento de llegar a Santa Cruz, desde donde se dirigió a la sede de gobierno para sumarse al trabajo a cuatro días del encuentro contra Brasil. A pesar del mal momento del seleccionado boliviano, Martins es el delantero más peligro de Sudamérica con un registro de diez goles. Con esa cantidad de tantos comanda la tabla de goleadores, por encima de Neymar Junior, quien tiene ocho, y quedó fuera de la delegación brasileña por acumulación de amonestaciones. “Voy a seguir trabajando para lograrlo, si se puede, es un logro personal importante y voy a dar todo en la cancha para poder conquistarlo”, dijo Martins, actual atacante de Cerro Porteño, que en 15 años como seleccionado boliviano por primera vez está adelante en esta tabla. Por una sanción por acumulación de tarjetas amarillas, Martins quedó fuera de la nómina de la Selección Nacional para el cotejo contra Colombia (0-4). El delicado estado de salud de su padre hizo que su llegada a La Paz sufriera una demora. Esta adversidad recibió la comprensión del cuerpo técnico y de la dirigencia, para quienes el delantero tuvo palabras de agradecimiento. “Las ganas de querer estar aquí, de querer terminar el proceso que tiene la Selección, el profesor Farías, fue importante para que yo esté aquí con mis compañeros”, dijo Martins, quien a lo largo de su carrera anotó un gol a Brasil en la victoria de 2-1, en La Paz, por las clasificatorias a Brasil 2010.
APG