Fue una exhibición espectacular de los marroquíes que tuvieron en su arquero, Bono, al máximo héroe de la jornada, porque en la ronda de los penaltis, España no pudo marcar ni un gol.
Sin embargo, en la retrospectiva del juego, los noventa minutos reglamentarios, concluyeron con un definitivo 0 a 0, que obligó a que se vaya a un alargue, improductivo y pálido.
Si por el número de llegadas al campo contrario se ganara, España se hubiese coronado, porque Marruecos mostró un juego muy discreto y defensivo en el primer tiempo.
En cambio, España, cuyo mayor error fue, tal vez, menospreciar al rival, comenzó con vehementes ataques bajo la comandancia de Gabi, con la ayuda de Asensio y Torres; pero ahí estaba Bono, que en una, dos, tres y hasta cuatro oportunidades ahogó el grito de gol para la «roja».
Los «leones del Atlas» poco a poco fueron despertando. Hubo un serio lanzamiento de Mazraoui desde muy lejos, que detuvo Unai Simón en dos tiempos y un cabezazo alto de Aguerd, que vino de una falta lateral mal defendida.
En el segundo tiempo, España comenzó a complicarse. El ingreso de Morata y Soler no fue muy significativa. El alargue mostró jugadores cansados, cuidadosos y cautelosos en ambas escuadras; aunque Marruecos tuvo llegadas más peligrosas, lo que demostró el buen estado físico de sus futbolistas.
La venida de la “lotería de los penales” trajo consigo la tragedia para los españoles, fallaron Sarabia y Soler, en cambio marcaron precisos: Sabiri, Ziyech y Hakimi. Y eso fue todo, se cerró el telón con un final inesperado para los hombres de Luis Enrique y para los millones de fanáticos que los siguen.
Ghilka Sanabria