Luis Arce, uno de los cuatro magistrados del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), anunció la noche del pasado miércoles su decisión de dejar el cargo luego de que el jurado rechazara los primeros pedidos para anular votos presentados por la derechista Keiko Fujimori, que fue superada por el socialista Pedro Castillo por un estrecho margen en los comicios presidenciales.
El organismo declaró infundados los pedidos argumentado falta de pruebas tras escuchar los alegatos del partido de Fujimori sobre casos de supuestas firmas falsas en las mesas de votación, la mayoría de zonas pobres rurales, donde la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori no tuvo mayor apoyo.
Además, el magistrado Arce, que fue el único que votó en contra de rechazar la solicitud de nulidad de votos, dijo en su carta de declinación enviada al organismo que tomó esta decisión alegando que «ya existen decisiones tomadas», en una crítica a la actuación del máximo organismo electoral del país minero.
El partido de Castillo, que busca reescribir la Constitución, ha rechazado acusaciones de fraude y los observadores internacionales del proceso en Lima han manifestado que las elecciones fueron transparentes.
La «renuncia del miembro del JNE, Luis Arce Córdova, tiene como objetivo evitar la proclamación de Pedro Castillo y con ello desconocer la votación popular, quebrando la democracia e instalando un golpe de Estado con guantes de seda», dijo ayer el partido Perú Libre en un mensaje por Twitter.
El JNE afirmó en tanto que sobre el proceso «no existe prueba alguna de fraude atribuible a los organismos electorales». «El JNE inició una evaluación legal del mismo, que permite tomar medidas inmediatas en salvaguarda de la democracia y para evitar que se afecte la culminación del proceso electoral», manifestó por Twitter.
La oficina electoral informó que ha recibido en primera instancia 1.088 pedidos para mesas anulares de sufragio, aunque de ese total 281 se presentó dentro del plazo legal.
Pero el partido de Fujimori insiste y ha presentado cientos de apelaciones que involucran al menos 200.000 votos.
La elección ajustada ha dividido profundamente a los peruanos y casi todos los días se registran marchas en el centro de Lima, con partidarios de Castillo y Fujimori reclamando celeridad en el proceso y el respeto por la votación popular. (Reuters)