Liverpool se mantuvo firme para ganar la Copa FA por primera vez desde 2006 después de una larga tanda de penales contra Chelsea, luego del 0 a 0 en los 120 minutos. El equipo de Jürgen Klopp falló solo una de sus ejecuciones y festejó en Wembley cuando griego Kostas Tsimikas convirtió el tiro decisivo después de que Alisson Becker detuviera el disparo de Mason Mount. Una final reñida terminó con un empate sin goles después de la prórroga, preparando el escenario para una tanda que contó con el fallo de Sadio Mané del Liverpool, cuyo tiro fue detenido por su compatriota Edouard Mendy, cuando tenía un oportunidad de hacerse con el trofeo. Pero César Azpilicueta y Mount tampoco pudieron marcar para los londinenses y la historia se inclinó en favor de los Reds.
Con dos títulos en la temporada, los dirigidos por Klopp esperan un desliz del líder de la Premier League, el Manchester City, que está tres puntos por encima de ellos en la carrera por el título con dos jornadas restantes para ambos equipos. Incluso si Liverpool no puede ganar un segundo título inglés en tres temporadas, aún podría culminar una campaña asombrosa al ganar la final de la Champions League contra Real Madrid en París el 28 de mayo. Con esa ambición en mente, la única preocupación de Klopp mientras bailaba con júbilo frente a sus hinchas en medio de una neblina arremolinada de humo rojo era si su equipo estaría en plena forma para ese compromiso contra el elenco español. Es que en el partido ante Chelsea salieron lesionados Mohamed Salah y Virgil van Dijk.
Para los Blues, fue una dolorosa tercera caída consecutiva en la final de la FA Cup después de derrotas anteriores ante Leicester y Arsenal.
INFOBAE