Los investigadores sostienen que Navalni abrió una organización sin ánimo de lucro que en realidad funcionaba como un agente extranjero. La fundación, símbolo de la disidencia contra el Gobierno, está ya catalogada de extremista y se ha visto obligada a cerrar.
El Comité de Investigación asegura que la fundación incitaba a la población a cometer delitos, según una portavoz, Svetlana Petrenko, citada por la agencia de noticias TASS. Así, recrimina a Navalni y a otros socios que alentasen por ejemplo la asistencia a manifestaciones no autorizadas en enero, coincidiendo con la vuelta del opositor desde Alemania, donde fue tratado de urgencia por un envenenamiento.
Petrenko ha señalado que «Navalni era plenamente consciente de la naturaleza ilegal de las manifestaciones previstas» y que quienes asistieran podrían enfrentarse a sanciones de tipo administrativo.
Navalni tiene varias causas abiertas, aunque ya está en prisión para cumplir una condena por fraude que quedó suspendida en 2014. Las autoridades alegaron en febrero que había incumplido la libertad condicional al abandonar el país, aunque su vida dependiese de ello. (Europa Press)