La Fiscalía Federal brasileña ha ordenado la apertura de una investigación contra el Gobierno por presuntamente cobrar 1 dólar por cada vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca en el marco de las negociaciones sobre la compra de los virales. Según el organismo, se investigarán los actos “realizados por el entonces director de logística el Ministerio de Sanidad Roberto Ferreira, y otros altos cargos por su supuesta solicitud de una ventaja económica indebida de 1 dólar por dosis de la vacuna”.
En un comunicado, los fiscales han matizado que se analizarán los indicios de irregularidades administrativas en el marco de las negociaciones con Luiz Paulo Dominguetti, supuesto representante de la empresa Davati Medical Supply, encargada de suministrar las vacunas.
Ferreira ha indicado así que “la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía Federal para investigar la supuesta solicitud de cohecho se entiende como una oportunidad única para esclarecer los hechos”, según informaciones del portal de noticias G1.
El exdirector de logística fue cesado el 29 de junio después de que Dominghetti concediera una entrevista al diario ‘Folha de Sao Paulo’ en la que aseguraba que el jefe de Logística del Ministerio de Salud, Roberto Ferreira Dias, pidió un soborno de 1 dólar por dosis a un representante de la empresa que supuestamente negociaba la venta de 400 millones de vacunas de AstraZeneca al gobierno.
Dominguetti Pereira, aseguró que el arreglo, propuesto en febrero, fue rechazado por su empresa.
La empresa Davati, con sede en Estados Unidos, informó que fue contactada por un representante en Brasil para ayudar en la compra de vacunas y envió una propuesta a Brasilia para asegurar la adquisición, pero que no hubo una respuesta formal.
Según Dominguetti Pereira, presunto representante, el funcionario brasileño le hizo el pedido de pagos ilegales durante una cena en Brasilia en febrero. “Para trabajar en el Ministerio, hay que componer con el grupo”, habría dicho Ferreira Dias.
El laboratorio anglo-sueco AstraZeneca negó por su lado, en un comunicado citado por el portal G1, usar intermediarios para tratar con gobiernos.
El caso revelado por Folha se suma a otras denuncias de irregularidades investigadas por una comisión parlamentaria (CPI) instalada por el Senado para investigar el fracaso de la respuesta oficial a la pandemia, que ya dejó más de medio millón de muertos en Brasil.
MANIFESTACIÓN
CONTRA BOLSONARO
Decenas de miles de brasileños salieron de nuevo ayer a las calles de varias ciudades de Brasil para pedir el ‘impeachment’ del presidente Jair Bolsonaro, cada vez más desgastado sobre todo por su caótica gestión de la pandemia.
Es la cuarta jornada de manifestaciones convocada por partidos políticos de izquierda, sindicatos y movimientos sociales contra el mandatario, que además está siendo investigado por la Fiscalía por supuestamente no denunciar sospechas de irregularidades en la negociación de vacunas anticovid.
Una de las marchas que arrancó más temprano, de las más de 400 convocadas en ciudades y municipios de Brasil y en lugares del el exterior, fue la del centro de Rio de Janeiro, donde miles de personas hicieron sentir sus reproches en el “día de unir al país en defensa de la democracia, la vida de los brasileños y del fuera Bolsonaro”, según señalaron los organizadores.
Los manifestantes, la mayoría vestidos de rojo y con máscara para prevenir el contagio del coronavirus, portaban pancartas con lemas como “Fuera corrupto criminal”, “Nadie aguanta más, “Fuera Bolsonaro” y “Las revoluciones son imposibles hasta que se vuelven inevitables”, constató a una agencia de noticias.
Hasta el mediodía, se habían celebrado manifestaciones en por lo menos cinco capitales de estado, entre ellos Recife (nordeste) y Belén (norte), con críticas a la tardía campaña de vacunación y al disparado desempleo y pedidos para aumentar las ayudas de emergencia a los más pobres en tiempos de pandemia.
Por la tarde, están previstas manifestaciones en otras capitales, entre ellas Sao Paulo, que suele ser la más concurrida, y Brasilia.
Bolsonaro, criticado también por su discurso a favor de la explotación de las áreas protegidas de la Amazonía, entre ellas las reservas indígenas, sus políticas sobre armas en Brasil y su ambicioso programa de privatizaciones, vive su peor momento desde que llegó al poder en 2019.
Su popularidad está en su nivel más bajo, 24%, y los sondeos indican que en las presidenciales de octubre del año que viene sería derrotado por su mayor rival, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo Partido de los Trabajadores (PT) es uno los grandes promotores de las protestas de este sábado.
La oposición presentó el 30 de junio un “superpedido de impeachment”, que condensa un centenar de pedidos de destitución ya presentados ante la Cámara de Diputados con más de 20 acusaciones diferentes contra el mandatario.
Pero de momento Bolsonaro cuenta con apoyo suficiente en el Congreso para bloquear estas iniciativas de destituirlo, incluido el respaldo del presidente de la Cámara de Diputados, que es quien debe dar curso a ese tipo de demandas. (Infobae)