Wikileaks ha informado en Twitter del rechazo de la petición estadounidense, lo que libra a Assange en principio de un traslado que habría supuesto el inicio de un proceso penal en el que podría ser condenado hasta a 175 años de cárcel.
La jueza Vanessa Baraitser ha considerado probado que Assange se ha causado daños a sí mismo y tiene una tendencia suicida. "La impresión general es la de un hombre deprimido y en ocasiones desesperado que teme por su futuro", ha indicado, según la cadena BBC.
Assange se encuentra detenido actualmente en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en el sureste de Londres, "casi en total aislamiento", según la jueza. La defensa ya venía advirtiendo de que su salud se ha deteriorado gravemente en los últimos años, víctima de una concatenación de acusaciones que tienen como origen los documentos filtrados en 2010.
La jueza, sin embargo, ha rechazado todos los argumentos legales presentados por la defensa, entre ellos las dudas expresadas sobre la posibilidad de que Assange no fuese sometido a un juicio justo en Estados Unidos. El Departamento de Justicia norteamericano tiene ahora dos semanas para recurrir el dictamen de este lunes.
El Gobierno de Trump, "extremadamente decepcionado", ya ha adelantado que recurrirá, si bien se ha mostrado "satisfecho" por el rechazo de la jueza a todas las consideraciones de la defensa. En este sentido, el Departamento de Justicia ha aplaudido en un comunicado que no se tuviesen en cuenta los argumentos que hablaban de "motivaciones políticas, ofensas políticas, juicio justo y libertad de discurso", según NBC News.
Assange permanecerá por el momento en la cárcel de Belmarsh, a la espera de que el miércoles se celebre una nueva vista en la que se determinará si debe seguir o no en prisión provisional.
ENTORNO DE ASSANGE
El fundador de Wikileaks fue arrestado en abril de 2019 en la Embajada de Ecuador en Londres, donde permanecía refugiado desde 2012 para evitar ser extraditado inicialmente a Suecia, donde tenía pendiente una investigación por presuntos delitos sexuales. En Estados Unidos, se enfrenta a 17 cargos de espionaje y un cargo adicional de pirateo.
El caso norteamericano no tiene precedentes bajo la normativa original, la Ley de Espionaje de 1917. Muchos académicos consideran que la ley, que nunca se ha utilizado para enjuiciar a un periodista hasta ahora, plantea problemas constitucionales preocupantes porque infringe los derechos de la Primera Enmienda a recibir y publicar información.
En su entorno, pocos confiaban a estas alturas que la Justicia de Reino Unido frenase la extradición, hasta el punto de que en estos últimos meses habían crecido las voces que apelaban directamente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en busca de un hipotético indulto.
La novia de Assange, Stella Moris, se había expresado varias veces en este sentido e incluso este lunes, a las afueras del tribunal, a vuelto a apelar a Trump para que "termine ahora con esto". "Deje que nuestros hijos tengan padre. Libere a Julian, libere a la prensa, libérenos a todos", reclamó.
Mientras, el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden, también perseguido por Estados Unidos por la filtración de documentación clasificada, ha expresado en un escueto tuit su deseo de que termine el proceso contra Assange. "Que este sea el final", ha publicado en respuesta a la noticia de la denegación de la extradición.
Snowden saltó a la fama en 2013 tras revelar a la prensa los programas secretos de espionaje global de la NSA. Después de huir inicialmente a Hong Kong, se refugió en Moscú donde pasó varias semanas en la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremetievo, hasta recibir en agosto de 2013 asilo por un año, que fue prolongado con posterioridad hasta que recientemente Rusia le dio permiso de residencia indefinido.
El secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire, señaló que independientemente de cuáles hayan sido los "argumentos oficiales" de la jueza, la decisión es "histórica para el derecho a la información", en la medida en que no añade una "amenaza adicional" al periodismo de investigación. "Una extradición habría sentado un precedente", ha afirmado.
También Amnistía Internacional expresó su satisfacción por la resolución del caso, aunque ha incidido en que Reino Unido no queda "absuelto" por haberse dejado enredar en un proceso con "motivaciones políticas" que en última instancia "ha llevado a juicio la libertad de prensa y la libertad de expresión".
El director de Amnistía para Europa, Nils Muiznieks, ha incidido en que, "para empezar, no deberían haberse formulado cargos" contra Assange. "Esos cargos fueron de motivación política y el Gobierno británico nunca debería haber ayudado de tan buena gana a Estados Unidos en su implacable persecución de Assange", ha criticado en una nota. (Europa Press)