El informe de Framatome ha provocado que el Gobierno de Estados Unidos haya pedido información sobre lo ocurrido, después de que la empresa francesa recogiera una «inminente amenaza radiológica», según informa la cadena estadounidense CNN.
Según CNN, Framatome ha acusado a las autoridades chinas de incrementar el máximo aceptable de radiación para evitar el cierre de la central.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses citadas por CNN consideraron que no se ha producido una crisis grave y que por el momento solo es necesaria la observación, ya que consideran que no se ha detectado ningún peligro real para los trabajadores de la central o los residentes de la zona. Washington ha abierto una línea de comunicación con el Gobierno de China y de Francia para hacer el seguimiento.
Según CNN, las autoridades norteamericanas tuvieron la primera noticia de la fuga cuando Framatome se puso en contacto pidiendo colaboración el pasado 8 de junio, un hecho poco habitual ya que la central no ha confirmado por el momento la fuga.
La empresa que gestiona la planta, Grupo Eléctrico Nuclear General de China (CGN), ha informado este lunes de que las lecturas ambientales de la central y su entorno son «normales» y de que se están midiendo a intervalos regulares. Framatome también ha publicado que el reactor está funcionando dentro de los parámetros convencionales.
La matriz de Framatome, EDF, confirmó sin embargo un incremento de los niveles de gases raros en la zona del reactor, lo que se considera normal. Estos gases no son peligrosos, según EDF.
Además, la presencia de estos gases suele ser un indicio del deterioro de las cubiertas del depósito de combustible del reactor.
La central de Taishan está situada a 40 kilómetros de la ciudad homónima, en el sur de China. Los dos reactores de la central están en funcionamiento desde 2018 y 2019. (Europa Press)