Bogotá.- Varios colombianos que formaban parte de un comando armado que asesinó esta semana al presidente haitiano Jovenel Moïse entraron en Haití a través de la vecina República Dominicana, y estuvieron en la isla más de un mes antes del magnicidio, informaron el viernes fuentes del Ejército y la Policía Nacional.
Moïse, de 53 años, fue muerto a primera hora del miércoles en su casa por lo que, según las autoridades, fue un grupo de asesinos extranjeros entrenados, en un ataque que sumió al país más pobre de América en una gran confusión entre las divisiones políticas, el hambre y la violencia generalizada de las bandas.
Las autoridades haitianas afirmaron el jueves que el grupo de asesinos estaba formado por 26 colombianos y dos haitiano-estadounidenses.
Diecisiete de los hombres fueron capturados tras un tiroteo con las autoridades haitianas en Petionville, un suburbio en la ladera de la capital, Puerto Príncipe, mientras que tres murieron y ocho huyeron, según la policía haitiana.
Las autoridades colombianas confirmaron que recibieron solicitudes de información de Haití sobre seis sospechosos, dos de los cuales aparentemente murieron y cuatro más que fueron detenidos, y que los resultados iniciales permitieron establecer que los hombres eran miembros retirados del Ejército Nacional.
Cuatro de los hombres tomaron un vuelo de Avianca el 4 de junio con destino a la ciudad turística de Punta Cana, en República Dominicana, que comparte la isla de La Española con Haití, dijeron a Reuters fuentes militares y policiales. Dos días después cruzaron la frontera con Haití.
Uno de los capturados formó parte de la unidad de fuerzas especiales antiterroristas urbanas del ejército colombiano y publicó fotos en una de red social en sitios que al parecer están en República Dominicana.
CONFUSIÓN
Las autoridades haitianas aún no han revelado el motivo del asesinato de Moïse, quien había enfrentado protestas masivas contra su Gobierno desde que asumió el cargo en 2017, primero por acusaciones de corrupción y manejo de la economía, y después por su creciente control del poder.
Este miércoles se declaró estado de emergencia por 15 días para ayudar a las autoridades a detener a los asesinos. El jueves, el primer ministro interino, Claude Joseph, dijo que era hora de reabrir la economía y ordenó reabrir el aeropuerto.
La muerte de Moïse provocó confusión sobre quién es el líder legítimo del país. La Constitución estipula que debe ser el jefe de la Corte Suprema pero enmiendas no unánimemente reconocidas establecen que sea el primer ministro o, en el último año del mandato de un presidente -el caso de Moïse-, que el Parlamento elija un mandatario.
El presidente de la Corte Suprema murió el mes pasado de COVID-19, en medio de un aumento de los contagios en uno de los pocos países que aún no inicia una campaña de vacunación. El Parlamento no está funcionando, ya que se pospusieron las elecciones legislativas previstas para fines de 2019.
Moïse nombró esta semana en reemplazo de Joseph a un nuevo primer ministro, Ariel Henry, aunque éste último no se posesionó antes del asesinato.
Joseph compareció el miércoles para hacerse cargo de la situación, pero Henry -mejor considerado por la oposición- dijo a un periódico haitiano que no consideraba a Joseph el primer ministro legítimo. (Reuters)