Tras cruzar el Caribe, el ciclón se convirtió por primera vez en un huracán de categoría 1 en la escala de Saffir-Simpson la madrugada del jueves antes de tocar tierra en la turística costa caribeña mexicana. Después, se degradó temporalmente a tormenta tropical y se adentró en el Golfo de México.
Al final de la tarde del viernes, Grace -convertido nuevamente en huracán- se hallaba a unos 185 kilómetros al noreste de Veracruz y soplaba vientos máximos sostenidos de 150 kilómetros por hora (km / h), con ráfagas más fuertes, mientras seguía avanzando hacia el oeste, de acuerdo a datos del NHC.
«Se pronostica un fortalecimiento hasta que Grace toque tierra, con un rápido debilitamiento esperado a medida que Grace se mueve tierra adentro sobre las montañas del centro de México», sostuvo el NHC en su informe más reciente.
Por su parte, la mexicana Comisión Nacional del Agua (Conagua) dijo que espera que Grace se convierta en un huracán de categoría 2 antes de tocar tierra entre las 21.00 y las 00.00 hora local (0200 y 0500 GMT del sábado).
Las autoridades de Veracruz, una ciudad portuaria enclavada en la costa del Golfo de México, elevaron la alerta en los municipios donde Grace golpearía con más fuerza e instaron a la población a estar pendientes de la evolución del ciclón.
El viernes, Grace ya generaba fuertes lluvias en los estados que forman la Bahía de Campeche, como Tabasco, Campeche y Veracruz, donde se encuentra uno de los principales puertos del país y terminales marítimas de la estatal petrolera Pemex.
Una vez que avance sobre el centro de México el sábado, Grace descargará fuertes lluvias en la zona metropolitana del Valle de México, formado por la capital y decenas de municipios adyacentes que alojan a más de 22 millones de habitantes.
Por el momento, Grace no ha dejado víctimas mortales en el país, aunque dejó temporalmente sin luz a cerca de 700.000 personas en la turística Península de Yucatán, donde también causó inundaciones, caída de árboles y desprendimiento de techos. (Reuters)