Farrés, que partía líder a la jornada decisiva, hizo albergar esperanzas a los aficionados españoles en los dos primeros puntos de control de la etapa, donde mantenía a raya a Jones. Pero en el tercer parcial su desventaja con el ganador de la etapa, >Rokas Baciuska, pasó de 4:05 a 10:05 minutos. El catalán había bajado el ritmo claramente. Lo suficiente para que Jones, que rodaba por detrás del español, recuperase en esa zona ese 1:41 que le separaban de la victoria en el Dakar. Gerard Farrés acató las órdenes de equipo y le entregó en bandeja de plata la victoria a Austin Jones. Elegante hasta en la derrota más dura, el catalán no quería confirmar que el destino de la carrera estaba marcado antes de la salida: “Hemos tenido un problema en el último kilómetro, que hemos intentando solucionar lo antes posible. Nuestro objetivo era trabajar para el equipo. Estoy muy emocionado por volver al podio después de varios años duros”, declaraba a TV3 en la llegada.