Además, en aquella cosecha no existían dispones de cálculo de resistencia de materiales ni informes telemétricos para prevenir el desgaste el motor o de la caja. No se podía asegurar que el “bólido” llegue al final de una carrera ni aunque fuese Armin Franulic el que lo pilotase. Esto explica, porque no pudo convertir tal cantidad de carreras en victorias.
Ninguno, de sus antagonistas casuales desmintió jamás la realidad de que frente a Franulic, se sentían inferiores, decían “hoy se siento capaz de vencer a todos, incluido Armin”.
“Armincho” nunca fue un piloto de hado. Perdió títulos nacionales a consecuencia de averías mecánicas, pero nunca se dejó amedrentar y que había jurado que algún día la cosecha sería mejor.
El estaba alistando su 78 aniversario, pero el destino no le dejó continuar ascendiendo. Fue la única vez que la velocidad adelantó a Armin Franulic.
Cumpliste tu misión. Pero, incomoda tu partida precipitada. Parece que tu “coche” no tenia motor si no “alas”.
Paceñisimo, hasta cuando nos volvamos a encontrar. (Fer Aramayo, Carburando)