Si, en la primera semifinal, todo quedó abierto con el mínimo triunfo del Ath. Paranaense contra el Palmeiras (1-0), en esta, la distancia de potencia y recursos técnicos sonrojó.
La asimetría derivó en un dominio territorial apabullante de los de Dorival Júnior que salieron a jugar como si fueran los locales ante un Fortín reactivo, que tuvo que entregarse a la evidencia y vio que el partido y la eliminatoria ya quedaban sentenciados en el primer tiempo.
El Mengao trabajó muy bien el encuentro y mostró por qué es el equipo con el ataque continental más temible. Se avanzaron los cariocas (min. 31) en un jugada en que el central Leo Pereira, no se sabe cómo y por qué, apareció en el lado derecho del ataque, para sacarse un centro de rosca, que Pedro, avanzándose a sus marcadores, remató con la derecha. Un gol de delantero centro, el primero de su festival particular.
El Vélez, creando muy poco, por poco empata en una jugada aislada. El portero rubronegro, Santos, hizo vista ante un lanzamiento de falta de Luca Orellano que se estampó en el palo. Fue un espejismo, porque el Mengao marcaría el segundo en tiempo de descuento en una jugada colectiva: empezó con un robo de Joao Gomes, muy protestado por los locales, y finalizó con una asistencia sutil de Gabigol por arriba, que Éverton Ribeiro remató con mucha delicadeza. (Sport)