El fútbol femenino que desde sus inicios padeció el rechazo de entidades internacionales regidoras de este deporte, tuvo que esperar más de dos siglos para que la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) lo reconozca como merecedor para disputar competiciones internacionales.
Según datos (no confirmados plenamente), la primera Copa del Mundo de Fútbol Femenino se realizó en 1970 en Italia, con seleccionados que acudieron por simple invitación y no por el sistema de eliminación.
Esta celebración “extraoficial” coronó al cuadro de Dinamarca que en la final se enfrentó al anfitrión (Italia) y lo superó por la cuenta de dos goles contra cero.
Pese a que no contó con el apoyo del máximo rector del balompié mundial, el campeonato habría alcanzado bastante éxito entre la afición futbolera y ocupó la atención del periodismo deportivo internacional, por cuanto, un año después, México se atrevió a organizar el segundo mundial de fútbol femenino, también de forma extraoficial y al margen de la FIFA.
Según el sitio “Once” de México, las jugadoras que participaron de esta competencia, fueron consideradas “históricas” porque lograron “meter” a cien mil personas en el estadio Azteca.
La selección mexicana tenía como estrellas a Pelé Vargas y la Peque Rubio para el primer partido que se disputó ante Argentina el 15 de agosto de 1971.
Pese al inexistente respaldo de FIFA el evento se llevó adelante gracias a algunas federaciones europeas y un ´sponsor´ que apoyó para que seis selecciones jugarán el torneo. Participaron Argentina, Italia, Dinamarca, Inglaterra, Francia y México. La modalidad de clasificación dividió a estos equipos en dos grupos y los mejores acomodados en la tabla de posiciones jugaron entre sí las semifinales y final.
El 21 de agosto de 1971, México y Dinamarca disputaron el máximo honor, ganaron las europeas por 3 a 0. En tanto, el tercer lugar lo consiguió Argentina al someter por 4 a 1 a su “archirrival” Inglaterra. Desde ese campeonato los argentinos festejan el “Día de las Futbolistas”, en la fecha marcada.
Los años posteriores, la aparente desorganización de las federaciones evitó la continuidad de torneos y tuvieron que pasar dos décadas para que FIFA reconozca oficialmente una Copa Mundial del Fútbol Femenino.
Sin embargo, existe un antecedente en medio, porque en 1988 se realizó un certamen abierto denominado “Torneo Invitacional Femenino de la FIFA” efectuado en China del 1 al 12 de junio.
Esta competición fue catalogada como experimental para diagnosticar la factibilidad del fútbol femenino, en comparación a los mundiales masculinos, que históricamente generaron tendencia, muchos millones de dólares y ensalzaron a súper estrellas deportivas a nivel universal, como el caso de Pelé, Maradona, entre otros.
Este torneo experimental fue un éxito y el 30 de junio de 1988, la FIFA aprobó el establecimiento de una Copa Mundial Femenina oficial, empero, la primera edición oficial recién se realizó en China en 1991.
En esta oportunidad, el seleccionado de Estados Unidos comenzó a perfilar supremacía. Como campeonas de la CONCACAF, las estadounidenses arrasaron con una campaña impecable: sometieron por 3 a 2 a Suecia, luego, consiguieron dos victorias ante Brasil con una goleada de 5-0 y un triunfo de 3-0 sobre Japón. Con esto, finalizaron en el primer lugar del grupo “B”.
En los cuartos de final, derrotaron sin problemas a Taiwán por 7-0, mientras que en las semifinales lograron ganar a la selección de Alemania por 5-2.
Estados Unidos se coronó como el primer campeón en la historia de la Copa del Mundo del Fútbol Femenino en China, al derrotar en la final a Noruega por 2 a 1. Los dos goles que le dieron la corona fueron marcados por Michelle Akers, quien concluyó la competencia diez tantos anotados, mientras que Carin Jennings fue escogida como la mejor jugadora. (Fin del Cap.III)
GHILKA SANABRIA PRADEL