Cerrejón, propiedad conjunta de BHP Group, Anglo American PLC y Glencore PLC, enfrenta repetidos desacuerdos con las comunidades indígenas Wayuu cercanas a la mina y su sindicato más grande, que realizó una huelga de 91 días el año pasado. A finales de mayo la empresa declaró la fuerza mayor y detuvo sus operaciones debido a dos bloqueos que impidieron la llegada de suministros como la gasolina.
Un bloqueo fue realizado por extrabajadores molestos ante los recientes recortes en empleos y el otro por una comunidad Wayuu que se queja repetidamente con la compañía por razones ambientales.
Las conversaciones con los exempleados que bloquean la línea ferroviaria de la compañía y la comunidad de Media Luna, que estaba afectando una carretera fuera del puerto de Cerrejón, terminaron en acuerdos para levantar las protestas a finales de la semana pasada, tras lo cual Cerrejón anunció el sábado que reiniciaría gradualmente las operaciones.
Pero el grupo de 226 extrabajadores, que dejó la empresa en febrero, retomó el bloqueo de la línea férrea, dijo Cerrejón. «La empresa solicita a las autoridades su intervención inmediata frente a los bloqueos ilegales y las acciones de hecho que ponen en peligro la estabilidad laboral de más de 9.000 familias», dijo la empresa en un comunicado.
Cerrejón aseguró que, si bien está dispuesta a dialogar nuevamente, «estas conversaciones nunca pueden realizarse bajo la presión de vías de hecho, como lo son los bloqueos ilegales».
Los antiguos trabajadores recibieron beneficios más generosos que los exigidos por la ley cuando fueron despedidos, pero no los aceptaron, explicó Cerrejón, al tiempo que les informó que no es posible volver a contratarlos. Cerrejón produjo 12,4 millones de toneladas de carbón en 2020, casi un 52% menos que en 2019, y sus exportaciones cayeron a su nivel más bajo en los últimos 18 años en medio de las restricciones del coronavirus y la caída de la demanda mundial de carbón. (Reuters)