En los tres primeros meses del año, las exportaciones de manufacturas -que pesan cerca de un 30% del Producto Interno Bruto (PIB) local- avanzaron un 2.2% en valor, afectadas por la baja de un 4.8% de las exportaciones automotrices, que representan una tercera parte de estas.
La operación de las compañías automotrices en México ha sido sacudida desde fines del año pasado por una escasez global de semiconductores que, expertos prevén, empezará a resolverse en el segundo semestre del año en el mejor de los escenarios.
Esta situación ha afectado el desempeño de la manufactura local, debilitando las apuestas de que la segunda economía latinoamericana -que envía 80% de sus ventas a Estados Unidos- se levantaría más rápido y fuerte del desplome de 2020, debido a un plan de ayuda de 1.9 billones de dólares lanzado por el presidente Joe Biden.
Sólo en marzo, las exportaciones manufactureras se recuperaron un 9.9% a tasa anual -tras caer en enero y febrero-, impulsadas por alzas en las minerometalúrgicas (30.2%), de equipos eléctricos y electrónicos (21.3%) y maquinaria para industrias (18.1%); mientras las ventas automotrices cayeron un 5%, según el instituto de estadística INEGI.
El economista mexicano, José Luis De la Cruz, dijo que la expectativa inicial era que a partir de marzo se empezara a ver una recuperación más vigorosa de la manufactura respecto al año pasado, cuando la industria estuvo prácticamente cerrada por la pandemia, pero eso no ha ocurrido.
"Ahora se prevé que la reactivación será más lenta de lo esperado por el problema de los chips (en el sector automotor)", señaló De la Cruz, aunque explicó que igualmente se verán alzas en la producción debido a la baja base de comparación por los cierres de abril y mayo de 2020.
La producción y la exportación de vehículos se desplomaron un 12% y un 14.1% en el primer trimestre por la falta de chips, así como por la ola gélida en Texas de febrero que afectó la fabricación de resinas plásticas y partes como tableros. Ese mes las exportaciones automotrices cayeron un 10%, según INEGI.
El desabasto de chips empezó a gestarse cuando las armadoras cerraron en Norteamérica por la pandemia de COVID-19 dos meses durante 2020 y se cancelaron pedidos, mientras crecía la demanda de estos en la industria electrónica de consumo para celulares, laptops y consolas en un mundo en confinamiento. (Reuters)