El juez del Tribunal Criminal de Lisboa, Ivo Rosa, ha echado por tierra las acusaciones de los fiscales, de las cuales ha llegado a decir en algunos casos que son "mera fantasía" y "pura especulación".
La Fiscalía portuguesa acusó al exprimer ministro Sócrates de haber recibido 34 millones de euros en comisiones y sobornos de diferentes empresas y entidades bancarias a cambio de contratos públicos. Finalmente será juzgado por seis de los 31 delitos que se le imputaban.
"Hoy se han caído todas las mentiras de los fiscales. Detuvieron y difamaron a un inocente durante siete años", expresó Sócrates tras conocer la decisión del juez a su salida del Campus de la Justicia de Lisboa.
Junto a Sócrates también ha sido procesado por lavado de activos y falsedad documental el empresario Carlos Santos Silva, su supuesto testaferro, por las "maniobras empleadas" en el pago de más de 1,72 millones de euros, que el exprimer ministro utilizó para costearse su alto tren de vida durante sus seis años al frente del Gobierno, mientras Portugal solicitaba el rescate.
"Hay evidencias de que hay entregas en efectivo y pagos de hasta 1,7 millones de euros. Sin embargo, se desconoce el motivo de estas entregas", aunque, matiza el juez, "las entregas en efectivo estaban destinadas a comprar simpatías", publicó el diario luso 'Público'.
"La credibilidad de las justificaciones esgrimidas por Sócrates sobre el origen del dinero en efectivo, que habría sido dada por la madre, no son válidas", añadió el juez, quien también ha señalado que si bien existían indicios para poder juzgar a Sócrates por un delito de corrupción pasiva, éste ya ha prescrito.
Quien también ha salido beneficiado de la decisión tomada por el juez Rosa ha sido el exministro y antiguo administrador de la entidad bancaria Caja General de Depósitos, Armando Vara, quien sólo será juzgado por un delito de lavado de dinero, absolviéndole de uno de corrupción pasiva y dos de fraude fiscal.
Detenido en noviembre de 2014 en el aeropuerto de Lisboa, Sócrates permaneció durante diez meses detenido en una cárcel de Évora, en el sureste de Portugal y posteriormente bajo arresto domiciliario.
Desde entonces, los fiscales tardaron unos tres años en presentar acusaciones formales dentro de un esquema de corrupción en el que también está implicado el antiguo director del ya desaparecido Banco Espirito Santo, Ricardo Salgado, quien se ha librado también de las acusaciones de corrupción para lograr acuerdos con Portugal Telecom que le reportaron a la entidad bancaria 8.000 millones de euros. (Europa Press)