Bogotá.- El exfuncionario del ministerio de justicia de Haití Joseph Felix Badio habría dado la orden de asesinar al presidente de ese país Jovenel Moïse, dijo ayer el director de la Policía de Colombia.
El general colombiano Jorge Luis Vargas señaló que, según una investigación del gobierno de Haití y la comisión integrada por la Dirección Nacional de Inteligencia y la policía colombiana junto a Interpol, Badio habría dado la orden tres días antes del asesinato.
También afirmó que las autoridades tienen datos sobre cómo se cometió el homicidio.
«Sabemos quiénes fueron las personas que entraron en el primer vehículo, cómo lo hicieron», dijo en un vídeo Vargas, quien sostuvo que Badio les dio la orden de asesinato a los exsoldados colombianos Duberney Capador y Germán Rivera, quienes inicialmente habían sido contactados para servicios de seguridad.
«Varios días antes, al parecer tres, Joseph Felix Badio, quien fue exfuncionario del Ministerio de Justicia, que laboró en la unidad de lucha contra la corrupción con el servicio general de inteligencia, le indica a Capador y a Rivera que lo que tienen que hacer es asesinar al presidente de Haití», agregó Vargas.
Dieciocho colombianos fueron detenidos, entre ellos Rivera y otros tres murieron tras enfrentamientos con la policía local, incluido Capador.
Una fuente del Gobierno de Estados Unidos había dicho el jueves que un comité del Senado investiga el entrenamiento por parte del Ejército de ese país de algunos de los colombianos detenidos.
En tanto, la vicepresidenta y canciller colombiana, Marta Lucía Ramírez, dijo que el Gobierno enviará una misión consular a Haití tan pronto como lo apruebe el país, para reunirse con los colombianos detenidos, asegurar que se respeten sus derechos y seguir adelante con la repatriación de los restos de los fallecidos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores está en contacto diario con las familias de los muertos y detenidos, agregó Ramírez a periodistas, al tiempo que reiteró las afirmaciones del gobierno colombiano de que muy pocos de los exsoldados sabían sobre el plan de asesinato, pero dijo que los responsables deberán pagar el precio. «Sea quienes sean, vengan de donde vengan todas las consecuencias drásticas que este crimen debe tener», enfatizó.
Por su parte, familiares y colegas de algunos de los detenidos han afirmado que los sospechosos fueron contratados para trabajar como guardaespaldas y señalan que son inocentes del complot. (Reuters)