Durante estos ataques, los ciudadanos "fueron perseguidos, torturados y detenidos fuera de los límites judiciales", según el pliego de cargos de la Fiscalía.
Estos ataques se enmarcan dentro de los enfrenamientos protagonizados por los Séléka, una alianza de grupos predominantemente musulmanes y contrarios al entonces presidente del país, François Bozizé -quien se vio obligado a escapar del país después de que las milicias asumieran el control del Palacio Presidencial, en la capital- y el movimiento Anti-Balaka, de mayoría cristiana y afín al exmandatario.
"El Juez Único Rosario Salvatore Aitala encontró motivos razonables para creer que Said, nacional de la República Centroafricana, nacido el 25 de febrero de 1970 en Bria, era un comandante de Séléka y, como tal, es sospechoso de ser responsable de los delitos", de acuerdo con el comunicado emitido por el tribunal el domingo, día en que República Centroafricana acordó su extradición.
Miles de personas murieron y cientos de miles tuvieron que huir de sus hogares, por lo que en septiembre de 2014 la fiscal del CPI, Fatou Bensouda, abrió una investigación para esclarecer lo ocurrido y que los responsables rindan cuentas. La orden de detención contra Said fue emitida el 7 de enero de 2019.
El excomandante se encuentra ahora en una cárcel cerca de La Haya, la sede del TPI, donde ha comparecido vía telemática, acompañado de su abogado, Jean-Pierre Madoukou, quien ha asegurado que su cliente es inocente. "La verdad saldrá a la luz, y hablará por el señor Said", manifestó durante las declaraciones iniciales, recogidas por la agencia DPA.
El procedimiento legal acaba de comenzar, y todavía no está claro si llegará definitivamente a juicio, a la espera de que los magistrados decidan si existen pruebas suficientes durante las audiencias preliminares, que comenzarán en octubre, para determinar el posible inicio del proceso.
Mientras, República Centroafricana vuelve a estar inmersa en un conflicto armado, de nuevo con el expresidente Bozizé como gran protagonista, en calidad de instigador de una coalición de grupos armados comprometidos con derrocar al recién reelegido presidente, Faustin Archange-Touadéra, que ha declarado el estado de emergencia tras nuevos ataques contra la capital.
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR, ha estimado que más de 200.000 personas han escapado de la violencia en el país y que decenas de miles de ellas, en particular las refugiadas en República Democrática del Congo, se enfrentan a una situación crítica por la falta de recursos en los países de acogida. (Europa Press)