El Tigre sigue dejando huella en cada escenario que pisa. Este triunfo fue construido desde atrás, desde el pórtico por las intervenciones que hizo el guardameta cruceño, quien atajó un penal, respondió a todos los remates que llegaron a su posición y contagió esa seguridad a sus compañeros, que resolvieron el encuentro en el segundo tiempo.
Encima de la presión de los leones albos, el Tigre fue capaz de sobreponerse a la adversidad de estar con un hombre menos desde el minuto 70 con la expulsión del central Gonzalo Castillo. Luego de esta tarjeta roja, llegaron dos goles que terminaron por inclinar la balanza a favor de la visita.
A pesar de que la dirigencia cruceña sigue incumpliendo con los pagos de los sueldos, Real Santa Cruz hizo un buen partido, empujado con el amor deportivo, pero los errores arriba y abajo le dejaron con las manos vacías. Los albos fueron los primeros en atacar con un cabezazo que Viscarra se encargó de desviar. El poste también se colocó del lado del Tigre.
El delantero Martín Prost falló dos ocasiones delante del pórtico, pero su redención llegó a los 50 minutos cuando colocó la cabeza para empujar el balón sobre la línea de gol (1-0).
La ofensiva de los albos apareció como un destello por la velocidad de Jayro Jean, quien fue derribado por Castillo dentro del área y a los 70´ la tarjeta roja cayó como castigo para Castillo.
Cuatro minutos después, César García remató a su derecha encontrándose con Viscarra. El peligro seguía como una sombra en la zona atigrada. Desde fuera del área, un zurdazo de Fernando Rodríguez fue desviado a tiro de esquina por Viscarra en una estirada pagada con aplausos.
Un contragolpe aurinegro fue frenado por una falta, pero Enrique Triverio se avivó, reinició la jugada y Michael Ortega convirtió el 2-0, a los 79´, sin antes subir las pulsaciones de los parciales gualdinegros en el afán de definir.
El 3-0 fue un regalo a la efectividad y la persistencia. A los 90´, Fernando Saucedo convirtió con un derechazo en el ingreso al área en medio de la desesperación y lentitud de la defensa por cubrir los espacios. (APG) (Foto The Srongest)