El candidato de izquierda Andrés Arauz, respaldado por el expresidente Rafael Correa, llega como el favorito con promesas de revertir las medidas de austeridad y entregar 1.000 dólares a un millón de familias tan pronto asuma el cargo.
Se enfrenta al dos veces candidato presidencial Guillermo Lasso, un banquero conservador que ha prometido crear miles de empleos y estimular la economía a través de la inversión extranjera, la reducción de impuestos y de un aumento en la producción de petróleo, su principal producto de exportación.
"El ecuatoriano está viendo cuál de los dos candidatos me va a sacar en el problema económico en el que estoy", dijo Francis Romero, director de la encuestadora Click Report. "Está desilusionado y lejano de la parte política, ahora sólo está buscando quien le solucione la parte económica".
La economía ha sido golpeada por un fuerte brote Covid-19 a principios del año pasado, los bajos precios del petróleo y las dolorosas medidas de austeridad necesarias para equilibrar las cuentas gubernamentales después de años de grandes gastos y abultados préstamos.
El presidente Lenín Moreno, exaliado de Correa, no busca un segundo mandato. Ayudó a apuntalar las finanzas del gobierno con recortes de gastos y un acuerdo de financiamiento de unos 6.500 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero no pudo hacer que despegara.
Un poco más de 13 millones de ecuatorianos están habilitados para votar en medio de las restricciones vigentes en el país por la pandemia, lo que podría reducir la participación de los votantes. El consejo electoral aumentó el número de centros de votación para evitar aglomeraciones y ha tenido dificultades para organizar los comicios en el exterior.
Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta o, al menos, el 40 por ciento de los votos válidos con una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre su más cercano perseguidor, se celebrará una segunda vuelta el 11 de abril.
DUROS DESAFÍOS
El mayor desafío de Arauz, si gana las elecciones, será encontrar los fondos necesarios para pagar las bonificaciones prometidas a las familias y otras ofertas de campaña.
"Si no lo cumplimos el pueblo ecuatoriano terminará tremendamente indignado y se romperá la confianza que tiene en su gobierno", dijo Arauz en una reciente entrevista televisada.
Lasso, por su parte, ha tenido que adecuar su retórica a la creciente desaprobación de las medidas de austeridad, ofreciendo un plan de ayuda a familias vulnerables y la promesa de elevar el salario básico.
Pero todavía se enfrenta al escepticismo sobre sus antecedentes como banquero y empresario.
"Prefiero votar por Lasso, aunque me disgusta que sea un banquero", dijo Yolanda Acosta, de 56 años, quien perdió su empleo por la pandemia. "Ofrece trabajo que es lo que necesitamos y no esos bonos (dinero) que no resuelven nuestros problemas económicos".
El abogado y activista indígena Yaku Pérez, se está postulando con una plataforma antiminería centrada en el impacto de la industria en las cuencas hidrográficas. Actualmente ocupa el tercer lugar en las encuestas, pero su apoyo ha ido en aumento, y Lasso ha prometido respaldarlo si llega al balotaje.
Los electores del cantón Cuenca votarán en los mismos comicios en un referendo sobre la prohibición de la minería en las zonas cercanas a los ríos que atraviesan la ciudad.
El resultado, que se conocería dentro de varios días, puede asustar aún más a las empresas mineras que han tenido que enfrentar a las comunidades y activistas indígenas.
Los ecuatorianos también elegirán una nueva Asamblea Nacional, en la que se espera que los aliados de Arauz tengan un buen desempeño. (Reuters)