Las encuestas muestran a Andrés Arauz, un protegido del exmandatario Rafael Correa, con ventaja sobre su rival Guillermo Lasso, en su tercer intento por llegar a la presidencia del país, y varias de ellas, a una buena parte del electorado aún indeciso o con planes de anular su voto.
Un triunfo de Arauz consolidaría aún más una serie de victorias electorales de la izquierda en América del Sur durante el último año, mientras que el éxito de Lasso en el balotaje dejaría a Ecuador en la órbita de Estados Unidos, su mayor socio comercial.
Los inversionistas han observado de cerca el resultado de las elecciones presidenciales de Ecuador, debido a que Arauz ha advertido que renegociará los términos de un acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y utilizará las reservas del banco central del país para ampliar el gasto social, a pesar de las precarias finanzas estatales.
"La esperanza de todos los ecuatorianos es sacar adelante al país, pero tenemos dudas de quién debe gobernar y que planes tiene que aplicar para conseguirlo", dijo Javier Guevara, un estudiante de 25 años en la ciudad de Guayaquil, al mostrarse indeciso de cara al balotaje.
"Temo escoger al candidato equivocado y que sus planes nos hundan más", agregó.
Arauz de 36 años ganó la primera vuelta electoral en febrero con el 32,7 % de la votación gracias a su oferta de revertir las medidas de austeridad y entregar 1.000 dólares a un millón de familias pobres tan pronto asuma el cargo, una promesa que ha minimizado durante su campaña para el balotaje.
Lasso, de su parte, mantiene su plataforma más abierta al mercado con la que busca atraer inversión extranjera y apuntalar al sector agrícola para la creación de millas de empleos y un aumento del salario básico.
Desde la primera ronda ha buscado suavizar su imagen conservadora y de banquero que ofrece combatir la discriminación por orientación sexual e incluso apoyar un referendo para proteger la explotación petrolera a la reserva del Yasuní, una de las más biodiversas del planeta.
El candidato indígena Yaku Pérez, quien perdió por un estrecho margen su pase a la segunda vuelta, ha denunciado un supuesto fraude electoral y está pidiendo a sus simpatizantes dañar la papeleta a manera de protesta.
El nuevo presidente de la nación sudamericana asumirá el cargo el 24 de mayo para un periodo de cuatro años.
Los bajos precios del crudo y el brote del coronavirus que golpeó con fuerza a Ecuador el año pasado han dejado a la tercera parte de la población sumida en la pobreza ya casi medio millón de trabajadores sin un empleo estable.
El presidente Lenín Moreno, un exaliado de Correa, aplicó duros recortes de gastos y dolorosas medidas de austeridad y recurrió a una ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 6.500 millones de dólares, pero no ha sido capaz de reactivar la economía dolarizada.
El Producto Interno Bruto de Ecuador se contrajo un 7,8 % en el 2020, una de las peores caídas en décadas por la pandemia del coronavirus y organismos multilaterales ven una lenta recuperación para los próximos años.
"Lo definitivo de la contienda será las propuestas de ambos candidatos y la manera cómo se han presentado para captar los votos de indecisos y los nulos", dijo Blasco Peñaherrera de la firma Market. "La segunda vuelta es otra competencia, cualquier cosa puede pasar".
Un poco más de 13 millones de ecuatorianos están habilitados para sufragar en medio de medidas de bioseguridad por la pandemia. (Reuters)