Este programa se encarga de reunir a niños de El Salvador, Guatemala y Honduras cuyos padres se encuentran "de manera legal" en Estados Unidos y reunió mientras estaba vigente a 5.000 familias según los datos aportados por el Gobierno estadounidense.
La puesta en marcha y mejora de una primera fase del plan, suspendido durante el Gobierno anterior en 2017, ha sido encargada al Departamento de Estado y Seguridad Nacional.
Price ha definido el programa como "otro paso concreto en implementar una estrategia de gestión de la migración regional" y ha asegurado se "expanden los caminos legales para entrar a Estados Unidos".
"El programa provee con una alternativa segura, legal y ordenada a los riesgos que incurren quienes intentan migrar a Estados Unidos de manera irregular", sostuvo Price en el texto, para luego asegurar que "la frontera sur de Estados Unidos permanece cerrada a la migración irregular".
En un primer momento, los encargados del programa se encargarán de revisar las solicitudes "elegibles" que fueron cerradas con el programa en 2017.
Por ello, comenzarán a contactar de nuevo con los padres para saber si siguen residiendo en Estados Unidos y posteriormente, en caso afirmativo, con sus familias en El Salvador, Guatemala y Honduras desde la próxima semana, según las estimaciones.
Posteriormente, se empezarían a aceptar nuevas solicitudes bajo nuevas guías.
Retomar este tipo de políticas fue una de las promesas de campaña de Biden que se opuso a las políticas de "tolerancia cero" con la migración de Donald Trump, su predecesor en el cargo. (Europa Press)