A diez días del inicio del Open de Australia (17-30 de enero), en el que Djokovic ha ganado nueve títulos, incluidas las tres últimas ediciones, el tenista serbio vive una pesadilla. Tenía que pasar el jueves una segunda noche en una habitación exigua del Park Hotel de Melbourne, utilizado por el gobierno australiano para retener a personas en situación irregular. El tenista no ha querido comunicar si está vacunado contra el Covid-19, y fue conducido allí tras la anulación de su visado por las autoridades australianas, que le han negado la entrada en el país, al no tener los documentos necesarios para obtener una derogación médica de la obligación de vacunarse.
El número uno mundial espera el término de su batalla judicial para continuar en el territorio australiano en este hotel de mala reputación.