La explosión de un vehículo cargado con explosivos en la Brigada 30 del Ejército, que tiene su sede en Cúcuta, dejó 44 personas heridas, incluidos dos asesores militares estadounidenses.
Días después, el helicóptero de Duque fue blanco de un ataque con balas desde tierra cuando el mandatario realizaba un sobrevuelo con otros funcionarios cerca de la misma ciudad fronteriza con Venezuela.
Las 10 personas capturadas en el departamento de Norte de Santander pertenecen al frente 33 de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que no se desmovilizaron en un acuerdo de paz firmado en 2016, dijo el fiscal general, Francisco Barbosa, en una conferencia de prensa virtual.
Tres personas participaron activamente en el diseño y ejecución de ambos ataques, agregó Barbosa. Los otros detenidos incluyen un capitán retirado del Ejército y un funcionario que trabaja en la Unidad Nacional de Protección.
En tanto, el ministro de Defensa, Diego Molano, dijo que las órdenes de los ataques provinieron de exlíderes de las FARC que operan desde Venezuela.
«Es claro que este atentado contra el presidente y la Brigada 30 fue planeado desde Venezuela», enfatizó Molano. «Por lo tanto es necesario hacer una reflexión a la comunidad internacional cómo el régimen de (el presidente Nicolás) Maduro sigue albergando terroristas desde donde se planean ataques a la institucionalidad colombiana».
El gobierno venezolano no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Las autoridades de Colombia han acusado reiteradamente a Maduro de hacer caso omiso de la presencia de grupos irregulares colombianos en territorio venezolano, mientras que el mandatario de ese país argumenta que su país es víctima de los criminales. (Reuters)